En la ciudad de Seongnam, en Corea del Sur, el mercado de Moran se exhiben perros enjaulados, cuyo destino es ser sacrificados, para convertirse en carne por piezas a demanda del cliente. El mercado de Moran es el encargado de sumistrar un tercio de toda la carne de perro que se consume en Corea como comida tradicional.

El alcalde la la ciudad, Lee Jae-myung, y la asociación de vendedores del mercado de Moran han llegado a un acuerdo por el cual se eliminarán las instalaciones de sacrificio de perros con el fin de transformar la imagen de Corea del Sur, “ya que la grandeza de una nación puede ser juzgada por la forma en que sus animales son tratados”, ha asegurado al dar a conocer el nuevo plan. Este nuevo proyecto fue motivado por las quejas de vecinos de la ciudad y las asociaciones de animales por la manera en que eran sacrificados y torturados. 
Esta medida le dará a los vendedores de perros una ayuda financiera, que les ayudará a emprender nuevos negocios. La medida también se ha visto bien acogida por los ciudadanos pero también hay temor que por la medida se creen mercados ilegales de carne perro. Para evitar la creación de mercados ilegales, la Asociación Coreana del Bienestar Animal le pide a las autoridades llevar un exhaustivo control de la mercancía que se venda de ahora en adelante en la carnicería.