"Por su historia y vocación, México es parte de los países del Sur, con los que siempre se había mostrado solidario. Es preciso rehacer y estrechar nuestros vínculos con este vasto conjunto de países y especialmente con los de América Latina, cuyas repúblicas están en proceso de importantes transformaciones".
A través de estas palabras, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), quien resultó electo presidente de México este 1 de julio, dejó plasmada su visión sobre la evolución de la región latinoamericana en el Nuevo Proyecto de Nación por el Renacimiento de México, documento publicado en marzo de 2011, un año antes de contender por segunda ocasión por la Presidencia de la República.
América Latina cambió. La mayoría de los países sudamericanos tiene hoy Gobiernos de orientación conservadora. No obstante, la mala racha de la izquierda se rompió tras el triunfo aplastante de AMLO. Para algunos, la victoria de AMLO constituye una oportunidad histórica para rediseñar el mapa político de todo el Continente. "Es una clara señal de que la izquierda continúa siendo una opción política en América Latina", comenta Jorge Eduardo Navarrete, investigador del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)
A unas horas de los comicios, los expresidentes Rafael Correa (Ecuador), Dilma Rousseff (Brasil), Cristina Fernández de Kirchner (Argentina) y Manuel Zelaya (Honduras), entre otros, expresaron a través de Twitter que AMLO representaba una "esperanza" no sólo para México, sino para la región.
Ernesto Samper, expresidente de Colombia y último secretario general al frente de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), tampoco se quedó atrás y, en tono nostálgico, expresó su confianza en que la presidencia de AMLO bien pudiera convertirse en la punta de lanza que devuelva a la región los aires de esperanza que hoy parecen un recuerdo lejano: "será el comienzo del regreso del péndulo en América Latina hacia Gobiernos comprometidos con la justicia social y la soberanía".
Héctor Vasconcelos, quiena partir del próximo 1 de diciembre estará a cargo de la Secretaría de Relaciones Exteriores, comenta a RT que bajo un Gobierno encabezado por AMLO la política exterior de México volverá a sus principios originales. Más que estar pensando en ejercer un gran protagonismo en el escenario internacional, sostiene, primero hay que poner la casa en orden: México necesita resolver sus propios problemas en lugar de intervenir en los asuntos internos de otros países.
Lamenta que durante los últimos Gobiernos la política exterior haya estado centrada de manera excesiva en EE.UU. Héctor Vasconcelos considera que, sin descuidar los grandes problemas que existen en el plano interno, México necesita voltear la mirada hacia otras partes del mundo, América Latina incluida, una región con la que comparte rasgos tanto culturales como históricos.
En exclusiva, Héctor Vasconcelos detalla los planes que la nueva Administración perfila hacia América Latina y el Caribe, una región que, a su juicio, no ha sido tomada en cuenta lo suficiente por los últimos Gobiernos. La política exterior de México estará guiada, dice, por la defensa de la soberanía nacional, la no intervención en los asuntos internos de otros países, la libre autodeterminación de los pueblos y la solución pacífica de las controversias. En definitiva, México necesita retomar el rumbo y volver a ser una nación soberana en la toma de decisiones de política exterior. Solamente así es como será una voz que se haga respetar en el mundo.
A pregunta expresa sobre si México será capaz de adoptar decisiones propias en el escenario internacional, aun cuando haya fuertes presiones de parte de la Administración estadounidense encabezada por el presidente Donald Trump, Vasconcelos aclara: "México debe resistir cualquier presión de cualquier país, ésta será una de nuestras tareas primordiales: defender la independencia de nuestro país en los foros internacionales (…) México actuará en defensa de sus propios intereses".
La migración de centroamericanos hacia EE.UU. implica a México como país de tránsito. Para desincentivar el flujo migratorio desde México hacia la Unión Americana, AMLO propone una relación con el vecino del Norte sustentada en la cooperación para el desarrollo. El líder de la izquierda mexicana se dice convencido de lograr "convencer"al presidente estadounidense de poner un alto a su hostilidad contra México e inaugurar una nueva etapa de colaboración de mutuo beneficio.
La migración será uno de los asuntos más relevantes a la hora de rediseñar la relación bilateral. No se trata solamente del flujo de migrantes de origen mexicano hacia la Unión Americana, incluye también la frontera que México comparte con Guatemala y Belice. La política de persecución de migrantes ejecutada por Washington, no es muy diferente de lo que sucede en México con la población inmigrante centroamericana, sostiene la organización no gubernamental Oficina de Washington para América Latina (WOLA, por sus siglas en inglés): las autoridades mexicanas han hecho poco por resolver los crímenes y abusos que se cometen en contra de los migrantes centroamericanos.
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