En 2017, un año extraordinario en todos los parámetros turísticos, llegaron a España casi 82 millones de turistas. De ellos, casi 42, más de la mitad, eran británicos, alemanes y franceses. El frenazo de estos tres mercados en 2018 (-2,2% en llegadas y un 3,1% en pernoctaciones agregadas) hace temer al Gobierno un estancamiento e incluso un descenso en alguna de las cifras turísticas para el tercer trimestre, el más importante del año.
Según el Informe Prospectivo del Turismo Internacional hacia España publicado este mes por Turespaña, para el tercer trimestre se espera un “crecimiento moderado o estancamiento” en la llegada de turistas, un “crecimiento moderado” del gasto y un “descenso o estancamiento” de las pernoctaciones. Que la balanza termine inclinándose más hacia el crecimiento moderado, el estancamiento o el descenso dependerá, dice el informe, del “comportamiento de los mercados que más peso tienen en el agregado internacional”. Y señala que las “previsiones menos halagüeñas son precisamente” las de Reino Unido, Francia y Alemania.
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