-SUDÁN.
Pese a la convulsa situación política interna por la que está pasando Sudán desde hace dos meses, según el periódico Sudan Tribune, el presidente Omar Hasan al-Bashir ha prometido que logrará la paz éste año, mientras que cada vez se producen más manifestaciones que exigen su dimisión en la capital, Jartum, y en distintas partes del país.
En las protestas son frecuentes los disturbios, en los que han muerto 28 manifestantes y 2 policías (según cifras aportadas por la policía sudanesa), aunque grupos de Derechos Humanos aseguran que la cifra asciende a un total de 40 muertos. Al-Bashir lleva ostentando la presidencia de Sudán desde 1989, y esta oleada de protestas son las más fuertes que se han registrado en su mandato.
Sobre el presidente sudanés pesa una orden de arresto por genocidio y crímenes contra la Humanidad, emitida por el Tribunal Penal Internacional, razón por la que Al-Bashir cree que los líderes de las manifestaciones son «agentes extranjeros» que quieren derrocarlo y encarcelarlo, mientras que los asesores y miembros del Gobierno defienden al presidente y dicen que no abandonará el cargo si no es por haber sido derrotado en las próximas elecciones. Al-Bashir ha asegurado que no va a permitir que se produzca «otra «Primavera Árabe"» como la que ocurrió en 2011.
Al-Bashir, durante el debate sobre la efectividad de las Fuerzas de Defensa Popular (una unidad paramilitar bajo el mando del ejército), dijo que hará que 2019 sea el año en el que las armas «sean silenciadas de forma definitiva», y ha declarado que los altos el fuego declarados en varias zonas del país, que llevan vigentes desde 2016, «son la prueba de que hay una firme voluntad de paz».
Tras la independencia de Sudán del Sur en 2011, estalló una revolución en las zonas de Darfur, Nilo-Azul y Korofán del Sur que, tras el alto el fuego de 2016, ha permanecido en una relativa calma estos últimos años.
El presidente sudanés, después de elogiar a las Fuerzas de Defensa Popular, dijo que los rebeldes deseaban cesar las hostilidades de forma permanente.
Al-Bashir declaró que la paz: «es una etapa más difícil porque se logra después de los sacrificios de mártires, sangre, desplazamientos y asilos.»
Las conversaciones de paz entre el Gobierno y los grupos rebeldes Liberación del Pueblo de Sudán-Norte (SPLM-N), y el Movimiento Justicia e Igualdad (JEM) que se estaban llevando a cabo desde enero de 2018, tuvieron que ser interrumpidas cuando en diciembre de ese mismo año comenzaron las protestas contra Al-Bashir.
Sin embargo, la pacificación del país está muy lejos de realizarse. Algunas de las milicias mencionadas cuentan con varias secciones que no están incluidas en el proceso de paz, y el gobierno sudanés solo negocia con las que están lideradas por determinados jefes. Además de que una sección de los rebeldes de la Alianza de Fuerzas de Liberación de Sudán y el Movimiento de Liberación de Sudán (SLM) de Abdel Wahid al-Nur, rechazan la paz.
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