Por Diario de una Teléfila
Título original: Darkest Hour.
País: Estados Unidos, Reino Unido.
Año: 2017.
Director: Joe Wright.
Guión: Anthony McCarten.
Reparto: Gary Oldman, Lily James, Kristin Scott Thomas, Ben Mendelsohn, Ronald Pickup, Stephen Dillane, Nicholas Jones, Samuel West, David Schofield.
Duración: 125 minutos.
Mayo de 1940. Los alemanes avanzan a sus anchas por Europa sin apenas encontrar resistencia, invadiendo países a diestro y siniestro. En Inglaterra, el Primer Ministro Neville Chamberlain (Ronald Pickup) es acusado de hacer poco y es que la oposición, con los nazis ya por Francia, ve que el enemigo puede llegar en menos de lo que creen a Gran Bretaña. Aunque no sea del gusto de todos, ni a quien el rey Jorge VI (Ben Mendelsohn) elegiría para el cargo, la Cámara de Representantes nombra a Winston Churchill (Gary Oldman) Primer Ministro, y él se encarga de organizar el Gabinete de Guerra con parte de sus enemigos. Algunos no perdonan decisiones pasadas del político y tienen otros planes en mente para hacer que fracase.
Reunirse con los franceses no ayuda mucho a Churchill, los aliados están prácticamente perdidos y todo el ejército británico en Dunkerque a la espera de un rescate prácticamente imposible. Algunos achuchan para que Churchill decida utilizar a Mussolini de intermediario para llegar a algún acuerdo con Hitler pero a él es lo último que se le pasa por la mente. El futuro de su país y de Europa parece estar, en parte, en sus manos, siendo el último escollo que les queda a los nazis.
“Darkest Hour” o “El Instante más Oscuro”, como se le ha llamado en España, transcurre en apenas unos días, desde el nombramiento de Winston Churchill hasta la decisión que tomó y que, en parte, cambió el transcurso de la Segunda Guerra Mundial. Es imposible no preguntarse qué hubiese pasado si el señor Churchil hubiese tomado otra decisión o si el rescate en Dunkerque no hubiera sucedido (ese lo narra Christopher Nolan en la película sobre el hecho del año pasado).
El filme se sigue con interés de principio a fin y tanto al comienzo como al final del metraje nos sitúa en la línea temporal de la devastadora guerra. Prácticamente no exagero al afirmar que “Darkest Hour” son dos horas de ver a Gary Oldman, pero sin verle realmente, hablando y es que el actor aparece en casi todas las escenas de la película. Soberbio está en británico, posiblemente el intérprete masculino más camaleónico del cine, que está cosechando muchos premios por su interpretación, en la que se funde totalmente con el personaje, de ahí que diga que no le vemos a él en realidad, y que es el ganador al 99,9% de posibilidades del próximo Oscar al Mejor Actor, porque de no dárselo será un robo flagrante.
Los secundarios están bien, lástima que Kristin Scott Thomas salga tan poco y también Ben Mendelsohn, pero tienen buenas momentos en pantalla. El filme, en realidad, tiene muy buenas escenas y todas con Churchill como protagonista, ya sea junto a su secretaria la señorita Layton (Lily James), a su mujer Clemmie (Scott Thomas), al Rey o esas dos fantásticas piezas que se desarrollan en un baño primero y ven el metro después.
Me ha parecido “Darkest Hour” una muy buena película, de lo mejor que he visto en los últimos años,
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