El momento más esperado del año, la presentación y sustentación de las monografías.

A pesar de la lluvia de críticas que este proyecto ha tenido, el 15 de mayo, contra vientos y mareas, se hará la presentación de las monografías de los estudiantes del grado 11 del Colegio Inglés de los Andes.

Muchos estudiantes no estuvieron de acuerdo con esta propuesta, mientras que otros agradecen la oportunidad que se presentó al poder perfeccionar sus habilidades de investigación y desarrollo en la vida académica.

¿Tal vez les hubiera servido más un proyecto de vida?, por supuesto que no se puede definir como tal, pero las estadísticas sugieren que sí. Las encuestas arrojaron que el 100% de los estudiantes no estaban de acuerdo con este proyecto y que hubieran preferido tener un mejor manejo respecto a su orientación profesional y lo que querían ser como personas.

La incertidumbre de los jóvenes del colegio a esta edad crece exponencialmente, y en tiempos de pandemia, ¿en verdad lo que necesitan es aprender a investigar como se ha venido haciendo todos estos años?  Explica la psicóloga Laura Sofia Llanos. (Pero no la exconvicta, esta es otra Laura Llanos). “El proyecto tiene muchas falencias para empezar, si le preguntaras a cualquiera de esos niños qué es una monografía, ninguno sabría qué decirte.”

“Tampoco se les dio el tiempo necesario para aprender a hablar un idioma académico, mayoría de esos niños ni siquiera saben como desenvolverse en una conversación formal y estructurada, y al momento de ser evaluados nos dimos cuenta de que en verdad no sabían nada del lenguaje investigativo. Recuerdo bien a una niña que insistía que a través de una investigación podía entrevistar al emperador de Japón, o de otro niño que intentó comprobar el fin del mundo”. Expresó con preocupación Llanos.

El principal inconveniente por el que podrían atravesar los chicos es la incertidumbre del momento en el que se encuentran. Aunque para ellos, el proyecto de la monografía estaba lleno de inconsistencias (como todo este periódico porque soy muy desordenada al escribir) , cada estudiante del grado cumplió con ella pues tenían la ilusión de cumplir su grado 11 y no tener que graduarse por ventanilla. Pero ahora que no hay grado y no hay ventanilla, aquella practica social que lleva consigo el prestigio de ponerse una toga y obtener el cartón, (el mismo que se puede obtener por una ventanilla) se ve borrosa. Si ya no hay grado, entonces ¿para qué se siguen haciendo muchas de las cosas que hacemos? ¿No está el mundo preparado para los cambios que se vienen y nos aferramos a la idea de que “pase lo que pase el orden debe seguir”, cuando en realidad es un pretexto para no desaferrarnos de nuestra rutina y costumbres y creencias porque nos asusta profundamente que nuestra cosmovisión (que se nos ha impuesto), cambie repentinamente y estemos obligados a ver y a hacer las cosas de otra forma distinta?

Sin embargo, y a pesar de todo esto, los docentes y administrativos demostraron la importancia que este proyecto tenía al punto de convertirlo en un requisito de grado así fuese virtual y demostraron que en realidad la psicóloga era una estudiante encubierta del grado que no quería hacer el trabajo.

“Puede que el proyecto no tenga sentido, pero mayoría de cosas en tu vida no tienen ni tendrán sentido, esta monografía es una introducción a lo que será la vida académica”- anónimo de grado 11.

Por si están interesados:

Las presentaciones se harán por la plataforma virtual de Zoom y estarán presente los 4 asesores y el rector junto con coordinación para la evaluación del proyecto. Entre las temáticas más destacadas se encuentran:

• La cultura de memes como medio de comunicación por Kizzy Salazar.
• La cultura del celular, un experimento social presentado por María del Mar Giraldo.
• La violencia en la Película de Pulp Fiction y su carácter estético por María Paz Valencia
• El uso de anabólicos en los deportistas por Nicolas Sepúlveda

Y la más esperada de todos, la reivindicación de la niña que quería hablar con él emperador de Japón: El existencialismo de Kierkegaard expuesto en la serie “La Galaxia del Tatami”