Lo primero que debes saber es que hay dos tipos de ciberacoso. El que se da entre menores de edad se llama ciberbullying. Cuando un adulto se hace pasar por un menor para acosar a otro menor, se llama grooming.
Estamos ante un caso de ciberbullying cuando un o una menor atormenta, amenaza, hostiga, humilla o molesta a otro/a mediante Internet, teléfonos móviles, consolas de juegos u otras tecnologías telemáticas.
· Colgar en Internet una imagen comprometida (real o efectuada mediante foto montajes) datos delicados, cosas que pueden perjudicar o avergonzar a la víctima.
· Crear un perfil falso de la víctima en redes sociales o foros de temática sexual.
· Hacerse pasar por la víctima en foros y chats.
· Dar de alta la dirección de correo electrónico de la víctima.
· Usurpar su clave de correo electrónico.
· Provocar a la víctima en servicios web para conseguir una reacción violenta.
· Hacer circular rumores sobre la víctima en fotos, chats y redes sociales.
· Enviar menajes amenazantes por e-mail o SMS, perseguir y acechar a la víctima
en los lugares de Internet que frecuenta.
A) Conoces al agresor. En este caso lo mejor es probar primero con la vía diplomática y hablar con sus padres o tutores legales para intentar atajar el problema. En caso de persistir, lo mejor es denunciar ante las autoridades pertinentes.
B) No conoces al agresor. Si tu hijo o tu hija está sufriendo ciberbullying y no sabes quién está detrás de la agresión, lo mejor es denunciar de inmediato ante las autoridades.
En ambos casos, lo primero es atender sus demandas psicológicas. Necesitará de tu apoyo para superar esta situación. No descartes que pueda llegar a necesitar apoyo psicológico. Depende de la gravedad de la situación y del grado de madurez emocional de tu hijo o hija, pero debes mantenerte alerta, sobre todo si le notas decaido, le cuesta dormir o salir de la cama por la mañana (más de lo habitual), muestra inapetencia ante la comida o rompe a llorar de repente.
A) Si todos los alumnos implicados están escolarizados en el centro. Actuar desde el marco de convivencia y con las herramientas de que se ha dotado el centro para atender situaciones de conflicto.
B) Si solo uno de los posibles implicados, víctima o acosador, está escolarizado en el centro. Trasladar la información al contexto pertinente; puede ser otro centro escolar o, en su caso y dependiendo de la gravedad de los hechos, las autoridades competentes en la materia.
C) Si la situación no afecta a alumnos escolarizados en nuestro centro. Valorar los datos de que se disponen y su alcance y gravedad. Antes de denunciar, es aconsejable contar con el asesoramiento de instituciones u organizaciones especializadas en ciberacoso.
D) Si se desconoce la autoría del acosador/a. Generar las medidas de apoyo al alumno víctima y, en su caso, poner en conocimiento de las autoridades competentes la circunstancia acaecida a los efectos que puedan considerarse oportunos, entre otros, la averiguación de los presuntos responsables.
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