Ahora tenemos el cyberbullying (I)

Se considera al cyberbullying un nuevo tipo de violencia en el contexto escolar, de carácter difamatorio y que opera en las redes sociales. Mensajes de textos intimidatorios, audios que ridiculizan, acusaciones injustas, suplantación de perfiles, esparcir chismes y calumnias, chantajear, divulgar falsa información, insultar, amenazar, son formas de causar daño de manera inmediata, muchas veces anónima y viral. Lo preocupante es que para algunos estudiantes “solo se trata de bromas y juegos”, lo cual contribuye a la normalización de la violencia.

Si bien la tecnología, y en especial las redes, no pueden considerarse malas por esencia, es su uso abusivo o su empleo como vehículo para dañar lo que debe mostrarse y denunciarse para tomar medidas correctivas; es necesario visibilizar los actos violentos para superarlos. La acción del que ejerce el cyberbullying se caracteriza por la intimidación, hostigamiento, coacción o abuso repetido y durante un tiempo determinado.

Las redes sociales más utilizadas por los estudiantes son Twitter, Facebook, Youtube e Instagram, además se puede ya afirmar que internet y el ciberespacio afectan el comportamiento, pues deviene en un contexto de construcciones sociales con nuevas características y factores. Es un hecho que el cyberbullying se ha instalado en los ámbitos escolares y universitarios, además de en las prácticas cotidianas; y los estudiantes que lo ejercen no tienen conciencia plena del alcance de sus actos, ya que impactan de manera negativa a sus compañeros, lo que genera diversas consecuencias, entre ellas el abandono de los estudios, aislamiento, daños psicológicos, cuadros depresivos, ansiedad y hasta tentativas suicidas.

Este tema nos permite reflexionar sobre la sociedad y sus nuevas tendencias. Hoy vivimos la era de lo público, en la que gran parte de las actividades cotidianas que desarrollamos se comparten en la red, aunque se traten de cosas triviales y sin importancia. El teléfono celular guarda una relación con las necesidades de estatus y de aceptación; sin embargo, los propios estudiantes también manifiestan que este dispositivo puede generar la sensación de esclavitud respecto a su uso (adicción). Debemos decir que ya existe un término –nomofobia– para referirnos al temor irracional (incomodidad y ansiedad) de salir de casa sin el aparato celular.