Encontramos contenidos que son simplemente para llamar la atención o generar reacciones virales, como la noticia del chico de 17 años que se volvió rico y famoso por invertir acciones en Wall Street en 2014. Esta noticia fue desmentida por portavoces oficiales que aclararon que esa persona nunca había invertido en la bolsa.
Como te puedes imaginar, esta noticia no tuvo un impacto más allá de los shares y los likes en redes sociales, pero existen otros tipos de contenido que sí generan unos efectos que pueden ser mucho más graves.
En 2017, luego de un deslizamiento de tierra en Colombia, el cual dejó un saldo de aproximadamente 300 muertos y 300 heridos, un político colombiano dijo a la comunidad que el desastre había sido el resultado de un ataque terrorista. A pesar de que esto era completamente falso generó un efecto viral que hizo que muchas personas se sintieran atemorizadas de posibles ataques terroristas en sus ciudades.
Por supuesto, el objetivo de esta persona tenía dos frentes, por un lado quería hacer que las personas se sintieran desprotegidas, y por otro, tener un impacto en su favorabilidad política. Sin embargo, un efecto colateral de este tipo de publicaciones es reforzamiento de odios que pueden polarizar políticamente a la población de un país.
Otro caso que muestra la onda de expansión de la información es el de las cadenas en Whastapp. Un ejemplo de estas es la que predice terremotos en diferentes territorios latinoamericanos. A pesar de que es bien sabido que este tipo de sucesos no se pueden predecir, publicaciones de este corte logran que personas atemorizadas no duerman en sus casas o busquen refugio lejos del perímetro descrito en la publicación.
En este sentido, aunque algunos de los contenidos parecen no tener un efecto muy profundo, hay otros que generan tanto ruido que llegan a influir en las decisiones políticas que tomamos, en cómo percibimos al otro, en nuestro comportamiento en situaciones de interacción intercultural o interracial, y en otros muchos escenarios que son permeados por la información a la que tenemos acceso.
¿Qué podemos hacer?
Ser responsables en este contexto implica un esfuerzo especial de nuestra parte. Requiere que seamos más críticos frente a la información que consumimos, que corroboremos los datos que nos llegan con fuentes confiables, que averigüemos si eso que queremos publicar es siquiera posible, y que seamos capaces de hacer lecturas de diversos medios que nos den diferentes perspectivas alrededor de una sola temática.
Fuente: https://platzi.com/blog/responsabilidad-en-redes-sociales/
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Responsabilidadpublicada el ( 10 jul 2020 ) por Adriana |
Que buena información!!! |
Comentariopublicada el ( 10 jul 2020 ) por Aitana |
está muy interesante el contenido |