Messi quiere irse del Barcelona y su decisión es irrevocable. O al menos lo parece. Su futuro pinta del color azul celeste del Manchester City, con permiso del Inter, que puede ser un buen plan B para Leo. Todos los caminos de Messi, a día de hoy, conducen a Guardiola. Ambos quieren juntarse en segundas nupcias después de los días de vino y rosas en el Barcelona.
Para Guardiola tener a Messi a sus órdenes en el Manchester City sería como si le dieran un asa de la Premier y otra de la Champions, el título que no ha vuelto a oler ni de lejos desde que se fue del Barcelona. Ni en el Bayern primero ni en el equipo citizen ahora ha conseguido Pep rozar siquiera la Orejona. Con Messi esa maldición podría cambiar. Bueno, con Messi y con el plantillón que tiene el City, claro.
Para Messi el reencuentro con Guardiola sería la mejor forma de reiniciar su carrera, que ha languidecido en las dos últimas temporadas en el Barcelona. Tres fracasos consecutivos en Champions (Roma, Liverpool y la humillación del Bayern en Lisboa) son demasiados para un jugador como Messi, que no juega para ganar la Liga local, sino la Copa de Europa.
Pep y Messi, el amor es mutuo
Messi quiere estar con Guardiola y Guardiola quiere estar con Messi. Además, para el Manchester City, uno de esos clubes sostenidos por los poderosas satrapías del Golfo Pérsico, sería un fichaje de impacto mundial que le colocaría a la cabeza de los clubes no sólo de la Premier sino del fútbol europeo. Si a su plantilla le suman a un futbolista como Leo, el City se convertirá sin duda en el gran candidato para la próxima Champions.
La gran incógnita es saber si Leo Messi podrá liberarse del contrato que todavía le une al Barcelona apelando a la cláusula que le permitiría irse gratis. Si no, el Manchester City estará obligado a negociar con el Barça el traspaso del que ha sido su buque insignia, su jugador franquicia, su ídolo, su escudo y su dios durante más de una década.
Se avecina culebrón pero, al menos en este minuto del partido, todos los caminos de Messi conducen a Guardiola.