Granada. Jaime Lorenzana es del barrio de Diego de León, Madrid. Estudió la carrera de Historia del Arte y sus dos pasiones siempre fueron
la pintura y la vida en el campo. Por eso decidió aprobar la oposición para trabajar en escuelas-talleres de arte y trasladarse a Granada, ya
que su sueño era vivir en Las Alpujarras. Pero su suerte cambió al llegar allí.
El mundo del empleo público en Andalucía es un círculo muy cerrado, al igual que pasa con el extremeño. Lorenzana vino con su plaza y con ganas de
enseñar sus conocimientos a la gente de Granada pero a sus compañeros no les gustó que alguien de fuera vinera a quitarles su trabajo y a
alterarles su feudo obtenido desde hace décadas. Por eso decidieron poner a Jaime bajo vigilancia y pillarle en un renuncio, aunque fuera sin
pruebas, para hundirle la vida y seguir asegurando su reinado arrimista.
En uno de los cursos de pintura que se organizaron, Jaime se despidió de sus alumnos con un abrazo y una de esas muestras se la dedicó a una estudiante
alemana de 17 años en Sevilla llamada Elke, hecho que observó uno de sus compañeros de la Junta.
El trabajador puso en conocimiento este "hecho" ante la Presidenta de La Junta en ámbito educativo, Trinidad LaTorre y esta abrió un expediente
a Jaime Lorenzana acusándole de acoso sexual. Pero el verdadero motivo es el desprecio hacia esa persona por ser de Madrid.
Desde entonce, Jaime vive con pleitos y demandas con la Junta. Y lo único que le relaja es irse a su casita de las Alpujarras y pintar obras
pictóricas mientras le acompañan sus tres perros.