COLEGIOS, ELEFANTES BLANCOS Y SOLARIEGOS

 ROBLES Y TAMAYO - COLEGIO SANTA MARIANA DE JESÚS.

Las calles Tamayo  y Robles en la ciudad de Quito, se convierten en el escenario que antecede a la puerta principal de mi colegio, altos muros la rodean, como un antiguo santuario del saber, ya dentro se observa su hermosa arquitectura, en donde se destacan los grandes arcos  en sus pasillos que conducen a las aulas sofisticadamente equipadas, aquí alumnos y maestros se convertían en los protagonistas de experiencias inolvidables.

Muchos colegios como el mío se han convertido en elefantes blancos, por sus grandes estructuras, espacios bien distribuidos, con tecnología de punta, incluso algunos revestidos de mármol y granito.

Pero, en estas hermosas y grandes instalaciones, falta hoy un elemento que da vida, falta el alma del colegio, quien permite que el  eco de su voz se escuche en los rincones, son los niños inquietos que  corren por el patio, los jóvenes que con alegría persiguen sus sueños, faltan sus maestros que con leal compromiso cumplen su jornada formando e instruyendo, pero lo que no falta es la fe de las religiosas marianitas que día a día nos ofrecen sus oraciones.

Pronto volveremos escuelita, flamearemos las banderas los días lunes muy temprano, recuperaremos el tiempo con mayor compromiso, seremos  responsables en las tareas, para  contribuir de esta manera a  nuestra patria  que tanto la queremos.