EL MISTERIO DE LA CASA DEL PIRATA EN CÁDIZ

Una de las misteriosas historias que se encuentran dentro de las visitas guiadas de Cádiz que se realizan en formato Free Tours. Sin duda otra de las leyendas más populares de la ciudad, sobretodo porque Cádiz cuenta con mucha influencia pirata. Podemos encontrar el inicio de esta historia en la calle Beato Diego número 8 del casco antiguo, en uno de los edificios más bonitos de la ciudad que cuenta en su interior con una elegante escalera de caracol que sube hasta la torre mirador. Ésta es la conocida “Casa del Pirata”. Según cuenta la leyenda, esa vivienda era habitada por una pareja de enamorados. El hombre, era un pirata de poca monta que deseaba y le prometía una lujosa boda para su amada. Pero no podían permitirse tales gastos. Así pues, queriendo cumplir ese deseo y llevarla al altar, se embarca en un viaje hacia América en busca de tesoros y riqueza. Y así, comienzan a pasar los días hasta que el barco en el que navega sufre un naufragio que lo lleva a quedarse atrapado en una isla desierta durante varios años. Pero como bien dice, “no hay mal que por bien no venga”, y es que allí encontró uno de los tesoros más grandes nunca vistos. Ya desesperado y sin apenas esperanza de poder regresar a casa, un día un barco mercante pasó por aquella isla y lo rescató. El pirata no lo dudó y dejó el tesoro para poder volver con su amada, a pesar de su temor de poder haber sido sustituido por otro tras tanto tiempo en paradero desconocido. Pero, para su sorpresa, ella siempre le había estado esperando. Por lo que tras el reencuentro, el pirata quiso premiar la fidelidad de su esposa, asegurándole que éste sería su último viaje y volvería con tal riqueza que podría enterrarla en oro. Así que se volvió a embarcar para traer consigo de vuelta el tesoro y poder cumplir todo aquello. 

A su vuelta, cumplió todo lo prometido a pesar de haber dejado su mayor pasión, como era el mar. Su ya consagrada esposa, al ver la pena del pirata y teniendo tanta riqueza, mandó a construir una casa donde pudiera ver siempre el mar, haciendo así un torreón con vistas a toda la ciudad de Cádiz. A demás, la estructura de la casa era muy similar a la de un barco, contaba con grandes cristaleras con la forma de las plumas de las gaviotas, y un pequeño timón para poder hacer realidad su mayor pasión y fantasía. Todo era perfecto, hasta que la mujer enfermó gravemente, falleciendo al poco tiempo. Pero no sin ser enterrada como su marido le había prometido. El pirata, sumido en la tristeza, llenó el féretro de riquezas, cumpliendo así el que su mujer fuese enterrada en oro. Pero el rumor comenzó a extenderse por la ciudad, provocando que unos ladrones asaltaran la tumba y la abriesen para robar todo ese oro. Al percatarse de esto el pirata, buscó a los forajidos y los asesinó a sangre fría como venganza. Pero todo crimen tiene su castigo, y por ello, éste fue condenado a pasar el resto de sus días entre rejas.