Analizan los retos culturales ante la crisis

Los retos que la cultura enfrenta están puestos sobre la mesa y raíz de la pandemia por COVID-19 el sector creativo en México replantea nuevas dinámicas y estructuras, no solo para evitar el colapso de proyectos, sino también para lograr estabilidad económica en una industria que se adapta lentamente a modelos virtuales.

A través del Seminario de Cultura Mexicana, expertos en gestión y creación cultural como Marisol Schulz, directora de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara; Dolores Beistegui, directora del Papalote Museo del Niño; el escritor y editor Alberto Ruy Sánchez; Gerardo Jaramillo, promotor cultural, y Ernesto Piedras, analista de industrias creativas, intercambiaron experiencias y expectativas sobre el impacto de la pandemia y cómo se hace frente a la nueva normalidad.

Dolores Beistegui explicó que las empresas culturales se vieron alteradas totalmente no solo en sus actividades presenciales y proyectos para el año 2020, también abrió preocupaciones económicas al llevar a los recintos y proyectos a números rojos ante la incertidumbre de la duración que la pandemia y sus repercusiones tendrán.

Marisol Schulz, puntualizó que este encuentro literario por primera vez en su historia se realizará virtualmente, además, recordó que el evento surgió en 1987 en medio de una crisis, sin embargo, ha logrado consolidarse como un espacio para el libro a través de los negocios y como una plataforma para la formación de lectores.

Ernesto Piedras enfatizó que actualmente los contenidos culturales significan en México aproximadamente el 5% del Producto Interno Bruto, a diferencia del 6.7% que representó en 1998.

Resaltó que se enfrentan diversas crisis como la recesión económica, la de salud por el COVID-19, así como una crisis estructural en las políticas culturales, más los retos y oportunidades que ya se viven para adaptarse a nuevas dinámicas de conectividad con públicos y el mercado.

Alberto Ruy Sánchez compartió la urgencia de establecer legislaciones para lograr la independencia financiera de proyectos culturales para mejorar las condiciones de venta, fortalecer mercados internacionales y brindar herramientas y políticas fiscales adaptadas a las necesidades de cada disciplina cultural.