Jordi Alba en el Hormiguero

Es el grito de guerra habitual de Pablo Motos al empezar su programa en Antena 3. “Hoy ha venido a divertirse a El Hormiguero fulanito de tal” y tanto da que se trate de una actriz, un cantante, un futbolista, una tarotista venida a menos o un catedrático de física nuclear, aunque diría que los catedráticos no abundan mucho en dicho programa. Motos tiene la gran virtud de conseguir que futbolistas de primer nivel vayan a su programa y, en el caso de Jordi Alba este martes, se lo pasen aparentemente bien. En una época de contención mediática y de palabras medidas al milímetro, el jugador azulgrana no se mordió la lengua y dio juego. “Yo quiero que el Madrid pierda todos los partidos” o “en el campo todo el mundo sabe que no tengo amigos, no quiero que me gane ni mi padre”, son dos ejemplos. Sea por el motivo que sea, Motos consiguió un clima de complicidad que dio brillo a la entrevista. Esto es lo positivo. Lo negativo es de sobras conocido. Como siempre, durante la segunda mitad del programa el personaje tiende a convertirse en un invitado de piedra que aguanta variopintas gracias y tonterías diversas revestidas de una pátina científica. Por cierto, los muñecos Trancas y Barrancas acostumbran a ejercer de francotiradores y contrapesar así la amabilidad de Motos, pero en esta ocasión se limitaron a proponer a Alba un test visual con una pelota. Curioso.

Gabriel Fürst