Griezmann ejecuta al Celta (2-0)

- El Atlético de Madrid se lamió las heridas de la derrota de Barcelona con un triunfo plácido ante un Celta que nunca creyó. Y eso que pudo adelantarse en el marcador, pero dos paradones de Oblak lo evitaron. Después emergió la figura de Griezmann para marcar el primero de falta y asistir a Morata en el segundo para que el madrileño definiera a la perfección en el mano a mano. El líder queda a nueve puntos con 18 por disputarse, pero la batalla es ahora la segunda plaza, en la que el Atlético permanecerá una semana más.

No era fácil centrarse en el balón en una tarde como la de ayer para el equipo rojiblanco. Por cómo venía el Atlético, y por lo que le quedaba por delante. Mirando hacia atrás, aún estaba reciente la derrota del pasado sábado ante el Barcelona que prácticamente liquidaba las opciones de Liga de los colchoneros que, además, perdieron a tres jugadores por sanción, especialmente a Costa, expulsado en el minuto 28 y que no volverá a jugar en lo que queda de curso tras ser suspendido con ocho encuentros.

Con depresión por lo ocurrido, y con falta de ilusión para las siete jornadas que restaban, en la que la única meta era luchar por ser segundo, el Atlético recibió a un Celta en buena racha pero que sigue viendo el pozo muy de cerca. Sin Aspas, eso sí, lo que llevó a Escribá a modificar el sistema, jugando con un 4-2-3-1 y dando el balón a los de Simeone, que fueron los encargados de llevar el peso del choque desde el inicio. Sorprendió el Cholo, por cierto, colocando a Toni Moya, centrocampista del filial, como pareja del también canterano Montero en el centro de la zaga. Nehuén tendrá que esperar.

Correa y Griezmann, los dos delanteros, se descolgaban continuamente para recibir, pero el que llevaba el timón de los ataques era Vitolo. El canario siempre sumaba cuando el esférico pasaba por sus pies. Una penetración, un pase, una falta... Sin embargo, la primera oportunidad, y qué oportunidad, fue del Celta. Griezmann, timorato, lo había intentado antes en dos ocasiones sin mucho éxito y sin mucho peligro. Una ofensiva rojiblanca acabó con el balón en las manos de Rubén Blanco, que lanzó el ataque para que, en dos pases, Maxi se plantase ante Oblak. Paró el esloveno, pero el rechace le llegó a Boudebouz. Daba igual. Volvió a lucirse el portero rojiblanco. Se entregó a él, una vez más, el Metropolitano.

Había avisado el Celta, pero el Atlético seguía mandando. Sin crear mucho, eso sí. Un centro de Juanfran al que no llegó por milímetros Correa para empujar fue lo más destacado, antes de que Oblak volviese a dejar las cosas como estaban, esta vez a disparo de Boufal. Fue el preludio del 1-0. Falta a Vitolo (otra más) que Griezmann mandó a la red, buscando el palo del portero. Sorprendió a Rubén Blanco, que la esperaba por encima de la barrera al otro lado.

Antes de que pitara De Burgos el descanso, Simeone saltó como un resorte del banquillo para decir a los suyos que cambiaran el sistema, pasando a un 4-2-3-1 con Correa por la derecha, Saúl por la izquierda y Vitolo como enganche. Y justo después, final de la primera parte.

Sin embargo, el Atlético regresó al campo de nuevo con el 4-4-2. Ahora era el Celta el que tenía el balón y buscaba más la meta contraria. Lógico. Simeone retiró a un Vitolo ya sin gasolina para meter a Morata, que no estaba para más de media hora, como en Barcelona. Correa pasó la derecha y Koke a la izquierda. También movió ficha Escribá, dando entrada a Pione Sisto en lugar de un Emre Mor, desaparecido. El tiempo jugaba en contra de los gallegos, pero tampoco se volvían locos. No pasaba nada, y eso era bueno para los rojiblancos. También se fue Filipe Luis y entró Arias, con Juanfran cubriendo el lateral izquierdo.

Esperaba una contra el Atlético para sentenciar. Y llegó. Se la puso Griezmann a Morata, que se fue en carrera de su defensor desde el centro del campo, regateó a Rubén y marcó el 2-0.