¡Colombia un Paraíso

Sólo ocurre en Colombia? si, el país del paraíso tropical, el paraíso de las injusticias. Todos en Colombia estamos  presos y no precisamente detrás de unas rejas, no, estamos presos del inconformismo, de la desigualdad, de la represión social, presos de nosotros mismos de la indiferencia, de la impotencia que produce el solo hecho de estar inmersos en un rol social sumiso y resignado.  Diariamente de camino a nuestros trabajos, universidad o simplemente tomando un café en la calle las redes sociales, noticieros o cualquier medio de comunicación titulan un hecho de muerte, robo, violación o cualquier otro acto de horror,  pero ya todo es normal  no hay una reacción atípica,  es común  que la primicia sea que asesinaron  otro líder social, la cifra aumenta a 317 desde el año 2016, al parecer la paz nos está costando la vida, y no se trata de quien corresponda a la derecha o izquierda la indiferencia es total. Estos casos quedan y seguirán quedando en la impunidad, a pesar de que este país se muestra aparentemente un defensor de los derechos humanos, el actual gobierno y los anteriores jactos de un país democrático no es más que regresiones,   cuando se ha demostrado la sistematicidad en estos siniestros, como el resultado de unas actividades de seguimiento y planeación por parte de los victimarios y porque no decir la participación de agentes del estado quienes pese a su responsabilidad ante los hechos no son llevados ante la justicia. 

  Es lamentable que aún no haya un estricto llamado de la rama ejecutiva  a las fuerzas armadas exigiendo resultados, que pasa con la ministra del interior Nancy Patricia Gutiérrez, el ministro de Defensa, Guillermo Botero no debería ser una prioridad TENDRIA   que serlo pero al parecer no es más que uno de los tantos  abusos estatales para intentar silenciar a las personas que vigilan estos derechos. El interés va en sentido económico y político de quienes gobiernan. Es claro el fracaso de protección de quienes salen armados de una ideología cuyo objetivo es el de trabajar en la tan anhelada paz.  Que el rechazo no solo sea de la Comisión de paz del senado sino de todos.  Es casi imposible tener coherencia del resultado o el balance con el incremento  de asesinatos de líderes sociales cuando estamos en la época del posconflicto.