“Para saber hay que experimentar”
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“Para saber hay que experimentar”

Mauro Vera Bogado, de 69 años y oriundo de Rosario(departamento de San Pedro) nos cuenta acerca de su vida, los obstáculos y anécdotas de su pasar por la milicia, influenciado en su padre quien fue un combatiente de la Guerra del Chaco, además de comentar sobre su estilo de vida actual, residiendo en al ciudad de Fernando de la Mora junto a sus 3 hijos Mauro Andrés, Luis Alberto y Julio César.

Julio Cèsar Vera | 25 jun 2019


Mauro Vera Bogado, de 69 años y oriundo de Rosario(departamento de San Pedro) nos cuenta acerca de su vida, los obstáculos y anécdotas de su pasar por la milicia, influenciado en su padre quien fue un combatiente de la Guerra del Chaco, además de comentar sobre su estilo de vida actual, residiendo en al ciudad de Fernando de la Mora junto a sus 3 hijos Mauro Andrés, Luis Alberto y Julio César.

 

Ante la primera consulta acerca de que recuerdos tenía de su infancia, no tardó en responder afirmando que: “Vivíamos en el campo, bien temprano por la mañana mamá preparaba el desayuno mientras papá se iba preparando para ir a la chacra para trabajar, él solía llevarme para trabajar una vez terminamos de comer, luego al llegar al lugar procedíamos a hacer las labores para luego sentarnos entre algunos bloques de piedra para tomar tereré, después volvíamos a casa para pasar al corral para dar de comer a los animales, luego yo jugaba con la pelota que tenía guardada en mi pieza para pasar el tiempo y una vez entrada la noche me bañaba para cenar y luego dormir ”

 

Mientras iba contando sus recuerdos, en él se notaba una leve sonrisa. Seguidamente respondió a la cuestión de donde surgió su interés por el servicio militar: “Mi padre combatió en la Guerra del Chaco, él me iba contando sus anécdotas mientras trabajabamos en el campo, ahí fue cuando comencé a tener esas ganas de conocer en carne propia cómo ser parte de una fuerza militar, por lo que fui años después al colegio militar en Asunción para aprender mecánica y fue ahí que me interesó la mecánica naval, del cual me recibí y no me arrepiento de haberlo hecho”

 

13 Tuyuti

 

“Cuando mi padre falleció fue un golpe duro para mí, por lo que puse en duda mi continuidad en la Marina Paraguaya, pedí permiso y volví para su entierro, luego me quedé unos días por mi pueblo para descansar y reflexionar, por suerte tomé una decisión sabia y volví al cuartel para volver a ejercer mi profesión, el cual me ayudo bastante para dejar de lado el mal momento que estaba pasando. Tiempo después tuve mis primeras experiencias viajando por varios países, entre ellos Colombia, Argentina, Brasil, Bolivia, Uruguay y en algunos paises de Centroamérica como Panamá o Costa Rica”

 

Buques de la Armada Paraguaya

 

Ante la pregunta de cómo era la convivencia en su interna en el cuartel contestó sonriendo: “Era duro el trato cuando se desobedecía al superior, hay que recordar que en aquellas épocas la dictadura estaba en su punto fuerte, así que no se podía andar con el pelo largo, estaba prohibido, al que no respetaba las órdenes era obligado a trotar por un largo periodo de tiempo largo alrededor del recinto y luego era mandado para hacer la limpieza en los sanitarios y en el salón donde los colegas nos sentamos a comer, en otras ocasiones se les pegaba con una bola de billar, si hacía frío los mandaban a bañarse en agua fría, teniendo en cuenta que se les daba solo 2 minutos para el aseo por lo que a veces no se bañaban del todo bien(riendo)”

Luego, procedió a contar cómo era el día a día en su estadía en la milicia: “La cosa era simple, nos despertamos temprano a desayunar una pocillo con cocido con una galleta, la famosa cuartel, para luego pasar a ducharnos y salir a realizar nuestras labores hasta el mediodía luego a la tarde tocaba hacer ejercicio y en ocasiones especiales jugábamos fútbol entre nosotros o contra integrantes de otros cuarteles u oficiales de rango más alto, el juego era brusco así que teníamos que estar preparados para recibir alguna que otra patada(comenta entre risas)”

 

Posteriormente accedió a responder la pregunta de qué recuerdos tiene de sus viajes del cual Mauro respondió mirando arriba que: “Y… tengo varios recuerdos” “Me acuerdo cuando fuimos a Costa Rica para entregar algunas encomiendas, en nuestra estadía ahí nos pusimos a jugar al fútbol contra los lugareños, los cuales no contaban con championes“calzados deportivos” por lo que se equiparon con sus zapatones, no eran muy buenos y esa tarde terminamos ganando por goleada. Otras anécdotas que tengo vienen de Argentina, cuando íbamos a algunas partes a las afueras de Buenos Aires para pescar, algunos camaradas sacaban peces grandes y celebraban su logro sacandose fotos, para luego guardarlos y comerlos en la noche, o hacían chupín o directamente los asaban a la estaca, otros optaban por el famoso pira caldo. También cuando pasamos por Bolivia, ahí conocí y compre el gorro con orejas, el cual servía para los climas fríos”

 

Pasada la media hora de la entrevista, Mauro comenta cómo se hizo con el terreno para construir posteriormente su casa: “Cuando me toco hacer mi casa en Fernando de la Mora, el terreno donde ahora vivo no costaba caro, ya que en ese entonces ni siquiera había empedrados en las calles, cuando tomé esa decisión ya me había casado con Zulma(su actual esposa) y ya teníamos un hijo de 2 años, posteriormente la ciudad se fue modernizando y hoy prácticamente se esta asfaltando las calles”

 

Continuó contando cómo fue y sigue siendo  su estilo de vida una vez jubilado del servicio militar “Por ahora me entretengo aprendiendo cómo construir o reparar aparatos a través de Youtube, antes eso lo tenías que buscar afuera, ahora todo es más fácil, si bien es cierto mis hijos no se interesaron en la milicia, siempre fueron educados y trabajan bien en cada uno de sus rubros, yo opte por ser algo más que un mecanico, ahora mismo estoy por hacer una huerta en mi patio, por lo que sigo practicando día a día para saber de todo, porque para saber hay que experimentar e incursionar en cada ámbito”

 

Mauro Vera concluyó la entrevista dejando un mensaje claro: “Hay educar con disciplina, para que más adelante puedan valerse de sí mismos, También hay que enseñarles el valor del trabajo y el sacrificio, con esas tres enseñanazas ya uno puede ir por el buen sendero”.

 

Para despedir la nota, que mejor que el Himno Nacional Paraguayo: 

 

El Himno Nacional Paraguayo

 

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