El director del Sistema de Rehabilitación Social cree que la excesiva aplicación de la prisión preventiva incrementa el hacinamiento, que actualmente asciende al 42%. En las cárceles del país actualmente hay 41.000 personas privadas de la libertad (PPL), de ellas 15.000 se encuentran detenidas por prisión preventiva.
De los 36.500 privados de la libertad, el 30% no tiene sentencia
El sistema de cárceles del Ecuador atraviesa un proceso de crisis institucional profundo que instala, una vez más, en el debate público los alcances, límites y supuestos de la rehabilitación social. Según el estudio de factibilidad del proyecto: Adecuación, equipamiento y mantenimiento de la red de centros de privación de libertad, realizado por el Ministerio de Justicia en noviembre de 2014, para el 2018 se prevé llegar a 38.457 PPL.
cerca de cincuenta y tres centros carcelarios albergan a cerca de 39mil presos en Ecuador, el 50 por ciento de los presos están en tres grandes prisiones: la Penitenciaría del Litoral en Guayas, la cárcel de Latacunga en Cotopaxi y la cárcel de Turi en Azuay.
Para “humanizar” la vida de los prisioneros, el ministerio de Justicia anunció en 2014 que invertiría 300 millones de dólares para rehabilitar la Penitenciaría y construir las dos nuevas cárceles.
Las obras fueron inauguradas con la normativa publicitaria de la Revolución Ciudadana. No obstante, hubo quejas sobre estas prisiones, una de ellas fue la violación de los derechos de los internos, que fueron ubicados muy lejos de sus lugares de residencia, causando problemas a sus familiares. Otra fue la ineficiencia de los servicios básicos, como el caso de la cárcel de Latacunga que no tiene suficiente suministro de agua potable. Una tercera fue la existencia de bandas delictivas que dirigen sus actividades desde las cárceles y además extorsionan a los demás prisioneros de diferentes formas. Pese al anuncio de registros minuciosos, muchas veces indignantes, han ingresado a las cárceles armas, drogas y hasta una ambulancia. Una cuarta ha sido el abuso hacia los prisioneros por parte de los guardias penitenciaros. En Turi, inclusive, se filmó el trato inhumano a ciertos privados de libertad. Nada, sin embargo, hacía prever la condición lamentable de los centros penitenciarios hasta que fueron abiertos a la prensa.