Arcelía Yañiz Rosas nació en la Ciudad de Oaxaca el 18 de agosto de 1918. Estudió la carrera de Taquimecanografía en el Instituto de Ciencias y Artes de Oaxaca.
A la edad de 16 años incursionó en el periodismo.
En su momento publicó en El Oaxaqueño, La Opinión de Puebla, El Mundo de Guadalajara, la revista Iris de Tehuacán, la revista Bellas Artes y Oaxaca Gráfico, en Oaxaca. Editó la revista Síntesis Gráfica y El Imparcial de Oaxaca.
Entre sus coberturas de información resaltan las notas de la reunión del Congreso Nacional Femenino en la Ciudad de México en 1953 para presenciar –en compañía de mujeres de todo el país– la aprobación del derecho de las mujeres al voto.
A lo largo de los años, Yañiz Rosasa recibió de reconocimiento y homenajes, entre ellos la medalla Andrés Henestrosa en 1996, la medalla Donají otorgada en 1998 por el Ayuntamiento de Oaxaca de Juárez; en 1988, el Gobierno del Estado le entregó la medalla Benito Juárez García del Premio Estatal de Periodismo en la categoría de Trayectoria Periodística; fue nombrada Mujer del Año en 1996 por un Comité Especial de Premiación de la Mexican-American Opportunity Foundation, en la ciudad de los Ángeles, California.
En 1981 recibió la Medalla Magdalena Mondragón por el ejercicio ininterrumpido del periodismo durante 50 años; en diciembre de 2008 fue reconocida con el Premio al Mérito Ciudadano por su trayectoria como escritora y decana de periodistas por el Consejo de Participación Ciudadana, A.C.; en enero de 2009 el Congreso del Estado de Oaxaca le otorgó el Premio de Periodismo Cultural «Andrés Henestrosa»; en ese mismo año recibió el Premio México de Periodismo 2009 de la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos A.C.
En el año 2012, presentó su libro «Oaxaca de mis Amores: cosas, casos y personajes».
La ejemplar periodista oaxaqueña Arcelia Yañiz falleció a los 96 años de edad.
OBRAS LITERARIAS
Nacimiento
15 de marzo de 1912
Tlacolula, Oaxaca
Defunción
09 de enero de 1961
Ciudad de México
ROGELIO BARRIGA RIVAS. 1912 en Tlacolula de Matamoros, Oaxaca; f. 9 de enero de 1961 en Ciudad de México, D.F.) fue un escritor mexicano. Escribió su primera novela La guelaguetza en 1947 y La mayordomía, ganadora del premio Lanz Duret, en 1951
Algunas películas inspiradas en sus obras son Ánimas Trujano (según La mayordomía) con el actor japonés Toshiro Mifune, Si yo fuera diputado con Cantinflas y Cárcel de mujeres.
Se tituló de abogado en el Instituto de Ciencias y Artes de la ciudad de Oaxaca. En la Ciudad de México fue agente del Ministerio Público Federal, adscrito al Juzgado Primero de Distrito en materia penal. Sus novelas Río humano y La mayordomía, en 1948 y 1951, respectivamente obras que fueron premiadas por El Universal. Esta última fue llevada al cine bajo el título de Ánimas Trujano, en 1961, siendo Ricardo Garibay uno de sus adaptadores. Uno de sus guiones de cine, Si yo fuera diputado, fue protagonizado por Mario Moreno "Cantinflas".
Rogelio Barriga Rivas, guionista de cine y novelista de carácter costumbrista. Guelaguetza, la primera de sus novelas, tiene como hilo conductor las tradiciones de Oaxaca para hablar de los abusos de los caciques, las prácticas de la fe y la vida carcelaria. Su experiencia como agente ministerial le dio tema para Río humano, que relata el dolor de quienes tienen que acudir a la justicia de barandilla en las delegaciones; Juez letrado y La mayordomía, hablan de recuerdos y experiencias de su juventud en Oaxaca , las fiestas, paseos, personajes tradicionales de la provincia y las costumbres de los zapotecas.
OBRAS
GUELAGUETZA
¡Oaxaca, tierra querida, tierra de amor y de paz! ¡Oaxaca tierra
de ensueño, mi dulce tierra, mi lar! Solo por quererte tanto
te dedico mis cantares, solo porque tú, Oaxaca, inspiras mis
soledades. Brisa del mar que acaricia los rostros de las cos-
teñas en la noche saturada de perfumes de gardenias; y en la
cálida enramada suenan alegres chilenas y entre alaridos de
gusto se estremecen las vihuelas. Un mozo fuerte y galante y
una morena bronceada, con los pañuelos en alto cual bande-
ras encarnadas que reflejan el incendio que se advierte en sus
miradas, danzan airosos, cimbrando el piso de la enramada.
Roncos cantares pregonan con intensa algarabía: “Costeña de
mis amores, costeñita de mi vida, baila mi linda costeña, baila
la alegre chilena que está muy linda la noche con su luz de
luna llena”.
¡Agreste Sierra de Juárez!¡augusta tierra de gloria! Que con
uno de tus hombres formaste toda la historia. Respeto al de-
recho ajeno ha sido siempre la enseña simbolizando el anhelo
de la tierra oaxaqueña. Yalalateca majestuosa de tocados im-
periales, serenas son tus miradas, preciosos tus tlacoyales. La
tristeza de tu rostro refleja la de tu tierra, tu firmeza y estoicis-
mo te los prodiga tu Sierra.
Canta el romance mixteco con nostalgia entristecida, canta tu
dulce canción, canta con lánguido acento: “Qué lejos estoy
del suelo, del suelo donde he nacido, intensa nostalgia agobia
e invade mi pensamiento”. ¡Mixteca, tierra de sol de abolengo
legendario! Símbolo eres del más noble sentimiento hospita-
lario, cuando de ti yo me alejo, cual hoja que lleva el viento,
canto tu “Canción Mixteca” llorando de sentimiento.
Tierra cálida y ardiente de exuberante riqueza! Donde el mar
y las tehuanas simbolizan la belleza: “Una tehuana en la playa se desnuda lentamente mientras el mar la contempla ena-
morado, impaciente…” con suave aroma de rosas la noche
está perfumada y una tehuana en su hamaca se estremece
emocionada al escuchar la sandunga, se levanta suavemente
y desplegando su falda baila cadenciosamente ¡Tehuana es-
belta y graciosa! ¡Tehuana hermosa y juncal! Luces tu falda
preciosa, cual cauda de pavo real. “Te quiero como a mis ojos,
tehuana por ti suspiro, pero más quiero a mis ojos, porque con
ellos te miro”.
En este valle fecundo, valle de luz y alegría con sus palacios de
Mitla, su Donají de leyenda, con su sabor provinciano, sabor
de mayordomía, vibra el alma oaxaqueña cuando pasa la ca-
lenda. Mujeres del Marquesado con sus canastas de flores que
llevan en la cabeza como soberbia corona con sus arracadas
de oro, su mascada de colores, garbosas llevan su ofrenda
para la virgen patrona.
¡Oaxaca! Tierra querida, si has de mostrar tu riqueza en fas-
tuosa Guelaguetza, exhibe con noble afán tus joyas de Monte
Albán. Si has de mostrar tu grandeza ahí está Santo Domingo,
de tu fe y de tu bondad, ahí está Benito Juárez, ahí está tu
Soledad… más si la ofrenda es de gloria de la que cubre los
mares e inunda tus serranías, ahí está Antonio de León y ahí
está Porfirio Díaz.
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