QUÉ TE HICISTE ANGEL MIO

Te puse al lado de mi guarda,

y de casa, salí yo muy  tranquila,

no había razón para temor alguno;

a mi lado debías estar ángel querido.

Yo te invité a que me protegieras,

yo confíe en que sola no me dejarías,

llegué alegre, contenta y motivada,

empecé a compartir sin miedo a nada.

Y hubo risa, y hubo brindis,

hubo música, y un ambiente especial;

creo que ahí estabas tú, querido ángel,

brindándome tu potestad.

pero ahora cuestiono, en forma de pregunta:

¿Qué fue de tu trabajo, en ese extraño rato?

Al frente, un par de ojos con mirar expresivo,

surgieron las palabras en tono emotivo,

y sus labios buscaron posarse en mis labios,

sin que importara nada, los corazones sabios.

¿Qué te hiciste ángel mío?

No sé en dónde estabas;  pero ahora te ruego :

dame seguridad, retírame del juego,

no quiero que  propicies, otro momento de esos,

ya que te hiciste cómplice de prohibido besos;

cuando salgas conmigo, de mí ya no te muevas,

tu amparo me proteja de todas esas pruebas.