Emiliano Zapata cruzó el dintel en la puerta de la Hacienda de Chinameca, se escuchó entonces un clarín llamando a honores. Era la señal de ataque. El caudillo de la Revolución Mexicana y los diez hombres que lo acompañaban quedaron en medio de una emboscada. En la azotea había tiradores ocultos que los atacaron sin piedad.
Zapata intentó sacar su pistola, pero un tiro la derribó. Fueron 20 las balas que quitaron la vida al revolucionario el 10 de abril de 1919. Ese día culminó el plan que se venía gestando de tiempo atrás y en el que el villano fue el general Jesús María Guajardo.
Bajo las órdenes de Pablo González, Guajardo le hizo creer a Zapata que era su aliado. El caudillo pidió una prueba de lealtad que incluía el fusilamiento de 50 hombres que lo habían traicionado tiempo atrás al unirse al Ejército Constitucionalista (de Venustiano Carranza).
Guajardo cumplió la encomienda y también otra misión: tomar la plaza principal de Jonacatepec. Entonces le pidió a Zapata que se reunieran en la Hacienda de Chinameca, en el estado de Morelos, para que le entregara armamento y municiones. Fue ahí donde ocurrió la tragedia.
Esta web se reserva el derecho de suprimir, por cualquier razón y sin previo aviso, cualquier contenido generado en los espacios de participación en caso de que los mensajes incluyan insultos, mensajes racistas, sexistas... Tampoco se permitirán los ataques personales ni los comentarios que insistan en boicotear la labor informativa de la web, ni todos aquellos mensajes no relacionados con la noticia que se esté comentando. De no respetarse estas mínimas normas de participación este medio se verá obligado a prescindir de este foro, lamentándolo sinceramente por todos cuantos intervienen y hacen en todo momento un uso absolutamente cívico y respetuoso de la libertad de expresión.
No hay opiniones. Sé el primero en escribir.