Karen Marón es argentina y tiene un oficio poco común que desarrolla desde hace 15 años: es corresponsal de guerra. Ser testigo del horror y estar en pleno conflicto bélico no hizo más que afianzar su compromiso con la información, hecho que le valió una serie de importantes distinciones.
La periodista de guerra fue nombrada en Londres como una de las 100 reporteras más influyentes del mundo que cubren conflictos armados; y considerada también una de las Personalidades Libanesas-americanas más Influyentes del Mundo 2018 (premio otorgado por la organización Lebanese In The Usa & Canadá en su cuarta edición). En marzo además formó parte de la lista de mujeres más prestigiosas y relevantes de la Diáspora libanesa. En diálogo con PERFIL habla sobre su pasión por informar, qué significa lidiar con la muerte a su alrededor y cómo se relata la noticia en medio del desastre.
¿Cómo enfrenta un corresponsal la cobertura de una guerra?
-Siempre digo que la primera víctima en una guerra es la verdad. Aunque en realidad considero que la primera víctima en una guerra somos todos. Pero, específicamente respecto al tema de la información, la primera víctima de la guerra es la verdad, como expresó el Senador estadounidense Hiram Johnson en 1917 hace casi cien años durante la Primera Guerra Mundial. También se le atribuye una frase similar a Winston Churchill durante la Segunda Guerra, cuando dijo que la verdad en tiempos de guerra era tan preciosa que necesitaba ser custodiada por los guardaespaldas de la mentira. Obviamente cuando en la guerra la primera víctima es la verdad esto repercute directamente sobre la información, dado que con una información falsa, que falta a la verdad o que está distorsionada, los periodistas, los medios de comunicación y muchos otros actores son responsables por acción o por omisión, para que se produzcan actos terribles o como para que contribuyan en un proceso de paz. Pero indudablemente la primera víctima es la verdad. Sin eso la información no sería víctima.
¿Cómo se logra informar en medio del horror?
-Tenemos que tener en cuenta dos vertientes, los dos pilares importantes: uno es la libertad de expresión, la libertad de información y otro es el derecho a la información de los oyentes, televidentes y lectores, quienes tienen el derecho a estar informados certeramente y con la verdad, no ser engañados y manipulados.
¿Qué formación tiene que tener un periodista para ser un corresponsal de guerra?
-Hay que tener algunas formaciones muy específicas como por ejemplo: geopolítica, historia, cultura, religiones, las rutinas y los idiomas de cualquier grupo, las reglas del Derecho Internacional Humanitario, terrorismo y contraterrorismo, política, economía e internacionales, supervivencia, primeros auxilios, elaboración de planes de contingencia detallados en caso de emergencias, identificando las rutas de la salida y los contactos confiables toma de rehenes y negociación entre muchas otras disciplinas, porque va a estar en situaciones de mucha complejidad en relación a otros individuos, en una zona sumamente conflictiva. Además, hay que adquirir conocimientos sobre el manejo del estrés que es algo fundamental en situaciones hostiles, porque estamos expuestos a situaciones que nos pueden generar graves traumas psicológicos además de físicos. El conocimiento se divide en cuestiones prácticas que hacen al trabajo en el terreno y en una formación académica seria que impactará en la calidad del trabajo.
¿Cómo saben los corresponsales, junto con su equipo (ya sea camarógrafo o productor) por dónde es seguro moverse en un territorio?
-En cuanto al movimiento en el terreno, aunque en una hora determinada una ruta puede ser segura, minutos después se puede convertir en el lugar más peligroso de ese terreno donde peligra la vida de uno y de los demás. Se debe estar muy atento y juega mucho la intuición y la inteligencia emocional además de la inteligencia racional. Hay que estar muy atentos. Además, uno desarrolla con el tiempo determinadas actitudes y aptitudes que tiene que ver con los acontecimientos y hechos que se desarrollan en un ambiente hostil. También en algunas guerras la logística que implica muchos aspectos, desde transporte, distribución, mantenimiento, evacuación y disposición de material y despliegue, se puede armar en función de rutinas que se generan en conflictos determinados. Por ejemplo en Irak la explosión de los primeros “carros bombas” se producían —luego de la invasión y posterior ocupación— después del canto del muecín, el encargado en la mezquita que desde el alminar convoca en voz alta a los fieles musulmanes para que acudan a la oración. Ya sabíamos que teníamos que salir hacia una cobertura, a contar la historia: cómo, por qué, en qué circunstancias. La logística depende de la dinámica del conflicto.
Mi opinión: Pienso que ser un corresponsal de guerra es una labor muy grande, riesgosa y compleja. Es una labor que pocos se atreven a hacer y que se requiere de mucha valentía y de estar preparado para cualquier cosa que pase. Me parece que lo que hace la reportera Karen Marón por informar todo lo que tiene que ver con lidiar con la muerte a su alrededor y como relata las noticias en medio de las guerras y los desastres es digno de admirar.
Esta web se reserva el derecho de suprimir, por cualquier razón y sin previo aviso, cualquier contenido generado en los espacios de participación en caso de que los mensajes incluyan insultos, mensajes racistas, sexistas... Tampoco se permitirán los ataques personales ni los comentarios que insistan en boicotear la labor informativa de la web, ni todos aquellos mensajes no relacionados con la noticia que se esté comentando. De no respetarse estas mínimas normas de participación este medio se verá obligado a prescindir de este foro, lamentándolo sinceramente por todos cuantos intervienen y hacen en todo momento un uso absolutamente cívico y respetuoso de la libertad de expresión.
No hay opiniones. Sé el primero en escribir.