Alas diez de la mañana, en una pequeña casa de la localidad de San Juan, en Iquitos, Carlos Gael está listo para su primer día de clases. Estudiar le gusta: ha esperado el 6 de abril como si se tratara de su cumpleaños. Lleva un cuaderno impecable, un libro y colores. Su uniforme, muy acorde con el clima amazónico, es un polo sin mangas de Bart Simpson y una bermuda tipo pescador. Descalzo –porque para aprender no hacen falta zapatos– toma asiento en una silla de madera con un taburete en el asiento para compensar su corta estatura.
Esta es su casa, pero desde esta hora hasta las tres de la tarde también será su colegio. La cocina-comedor con piso de cemento ahora es el salón de clase, el televisor de 24 pulgadas la pizarra, su familia sus compañeros de aula y la hora del almuerzo será el recreo largo. A esta hora del día 21 de cuarentena, la pantalla transmite lecciones sobre higiene personal y comunicación. Carlos Gael, mentón arriba, atiende absorto como alumno en primera fila.
Detrás de él, aparece su tío. Emocionado por la escena, le toma una foto al pequeño en su nuevo salón de colegio y la sube a Twitter con la frase “Mi sobrinito en su primer día de clases” junto con el hashtag #AprendoEnCasa.
La imagen se dispara en todas las redes sociales. Para el final de la tarde es compartida 10 mil veces y a la noche ya está en televisión. En menos de 24 horas, la foto de este pequeño de 5 años, cuyo nombre aún no era conocido, se convirtió en símbolo de la educación a distancia en el Perú. Ese mismo día, otros miles de estudiantes de colegio estatal lograban tener acceso a clases virtuales gratuitas por radio, televisión e Internet, en nueve lenguas.
Fotos de todos los rincones del Perú mostraban a alumnos que recibían sus primeras clases a distancia. Algunos, como esta, con uniforme de colegio.
En algunos diarios del mundo aún circula la noticia de que en China se levantan hospitales en diez días. De lo que pocos hablan es que el Perú ha podido construir un colegio virtual para toda la población estudiantil en menos de dos semanas, en plena cuarentena.
Un mes antes de que Carlos Gael comenzara a recibir clases por televisión, llegó el primer caso de Covid-19 al Perú. El ministro de Educación, Martín Benavides, recibió la noticia del paciente cero cuando bajaba de un avión en el aeropuerto de Tacna, donde tenía prevista una inspección de colegios estatales de cara al comienzo del año escolar.
Todo estaba listo para iniciar clases el lunes 16 de marzo. Incluso se tenía planeado que cada ministro inaugure un colegio en una región diferente al mismo tiempo. Nadie imaginaba el escenario que hoy nos ha tocado vivir. Hasta ese momento, solo se barajaba la idea de postergar las clases algunos días.
El 16 de marzo, en cambio, se declaró el Estado de Emergencia Nacional por la pandemia. Los 54 mil colegios estatales del Perú se quedaron cerrados. Se clausuraron todas las fronteras internacionales y regionales, mientras los casos de Covid-19 ya sumaban 86 en el país.
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