El libro se podría interpretar como un aviso hacia el hombre moderno, a volver a memorizar su escala de valores y a evaluar su conducta. Las ideas del autor persuaden al lector a volver a los viejos tiempos donde se apreciaba el valor de todas las cosas.
Concuerdo en muchos aspectos, sin embargo, no estoy del todo de acuerdo, con varias de las ideas y planteamientos. A continuación, expondré mi análisis del libro, abordando algunos de los aspectos mencionados con anterioridad en mi compacto resumen. El autor, con ayuda de una mezcolanza de ideas extraídas de diversos libros, y algunas propias, crea su propio estereotipo del hombre moderno, al que nombra como El Hombre Light. Para el autor, El hombre light, es la representación de la decadencia de la humanidad en los tiempos modernos.
Para mí, el hombre light es aquel que ha dejado de cuestionar su realidad hasta caer en un estado de apatía e indiferencia tal, en el que pierde sus emociones y sentimientos. Para mí, el hombre light, es el hombre-objeto. Sin embargo, yo no creo que exista una fórmula mágica para el amor. Creo que todas las personas tienen gustos distintos y que para cada uno de nosotros, el amor tiene otro significado.
Yo pienso, más bien, que el amor se basa en un juego de equilibrios y desequilibrios entre dos individuos. El amor no es una constante, es totalmente impredecible. Otro punto que no me cuadra, es, que el autor justifica, el gran número de separaciones y divorcios, como una consecuencia de que somos light. Pero parece que el autor no se ha percatado, de en que siglo estamos.
Yo no creo que se den tantos divorcios y separaciones por que las parejas son light. Por otro lado, estoy de acuerdo con el autor, en que para ser feliz se necesita un proyecto de vida. Sin embargo, esta no es una idea original del autor, ya que Victor Frankl, en su libro El Hombre en Busca del Sentido, explora esta idea en base a sus propias experiencias como prisionero judío en un campo de concentración durante la segunda guerra mundial y después con sus estudios como psicólogo. Cada hombre es libre para elegir su amo.
Para el autor, el único medio para adquirir cultura, es, a través de un buen libro. La cultura que se propaga a través de las revistas y de la televisión, por supuesto, que es vana y nula. Aunque no aborda el tema de Internet, me imagino, que tendrá una idea muy similar a la que tiene con respecto a la televisión. Yo pienso que un programa de televisión puede aportar lo mismo o mucho más que un libro.
La vida es la verdadera fuente de cultura. No debemos subestimar a la televisión cómo medio de difusión cultural. La televisión muestra y permite que cada uno de nosotros extraigamos nuestras propias conclusiones. La televisión no causa idiotez.
El hecho de que existan malos programas, no significa que la televisión sea mala. Cada uno tiene la libertad para ver lo que quiera y cada uno debería de tener la capacidad de realizar un análisis crítico de todo aquello que ve. Incluso un libro, que no sea analizado rigurosamente, puede conllevar a malinterpretaciones o a conductas fanáticas y destructivas.
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