El medioambiente y los seres humanos

Las especies animales se han visto forzadas a adaptarse al lugar donde habitan, solo así logran sobrevivir y garantizar la vida de las nuevas generaciones. No obstante, con los seres humanos es un poco diferente, pues hemos aprendido a adaptar los lugares que habitamos para hacerle frente a las complicadas características y condiciones de la naturaleza. El impacto de las actividades humanas puede variar dependiendo del tipo de actividad, del método como se desarrolla y del lugar en donde ocurre. En la actualidad, son evidentes los cambios producidos desde la aparición de la humanidad, tanto así, que se han constituido principalmente dos áreas en donde el ser humano habita y genera las transformaciones: las áreas naturales y las áreas urbanas. En estos espacios, la influencia humana ha sido menor y el impacto sobre los ecosistemas se ha controlado con alguna eficiencia.

El constante cambio que se presenta en las ciudades y los procesos de transformación de áreas urbanas suponen la incorporación de nuevos componentes artificiales, principalmente construcciones y productos tecnológicos. Pero ¿qué sucede con los componentes naturales del lugar?, pues son eliminados o transformados, y en ocasiones, quedan ocultos por las construcciones. En general, la flora y la fauna sufren un proceso rápido de desaparición en relación con la velocidad de crecimiento de las construcciones urbanas. Además, en las grandes ciudades se registra el incremento de la temperatura en uno o dos grados centígrados con respecto a las zonas rurales circundantes, debido al calor que se acumula en las construcciones y a la polución producida por la industria y el transporte. Ya que ha habido mucha un gran desbordamiento de aumento de las zonas urbanas así que muchas ciudades han optado por la construcción en vertical, es decir, en construir edificios y aunque esta medida no frena el impacto ambiental, sí evitan la invasión desmedida de las zonas naturales aledañas a las ciudades.