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ada cierto tiempo aparece una tecnología que promete ser mejor que el dulce de leche y se queda en nada, desapareciendo al poco tiempo. El último gran fracaso se lo llevó la tecnología 3D, y si las cosas siguen como están, los Smart TVs como los conocemos deberían tomar esa corona.

Pónganse a pensar para qué usan la parte “pensante” de sus TVs. Casi todos dirán Netflix y algunos Youtube, pero para la gran mayoría de los usuarios ahí se termina la lista y los Smart TVs parecería que no sirven para mucho más.

En papel, los Smart TVs tienen todo el potencial de ser fantásticos, de ser el centro de entretenimiento de tu casa, de reemplazar al decodificador satelital o del proveedor de Cable, pero cuando el humo se disipa queda todo solo en el papel. Les voy a contar porqué es así…

El primer dolor de cabeza que dan los Smart TV es que no existe un común denominador al programar para ellos, y no hablo entre fabricantes, la cosa es mucho más grave, no siempre hay compatibilidad siquiera entre modelos de una misma marca de un año a otro. Si hiciste un app tal como Samsung lo solicita para un modelo 2017, no te va a funcionar en uno 2014. Alguno va a decir que tres años es una eternidad en cuanto a avances de tecnología, pero no lo es para la vida útil de un televisor.

Para los que buscan hacer un desarrollo regional, la cosa se complica más. Un modelo popular en un mercado no tiene porqué serlo en otro. Una marca que es líder en un país puede ni existir en otro. Esto hace que lograr un producto ubicuo sea un cuento de hadas, salvo por honrosas excepciones para gigantes como Netflix. Sino pregúntenle a otros gigantes, como HBO, por qué no están en todos y cada uno de los TVs del mercado.