AR DEL PLATA.- "¿Y nos vamos a quedar sin saber si están vivos?", se pregunta Yolanda Mendiola, la madre del suboficial Leandro Cisneros, que todavía siente que hay esperanzas de encontrar a la tripulación delsubmarino ARA San Juan . "Aunque sea uno con vida nos reconfortaría", reclama la mujer que llegó a esta ciudad decidida a volver a Jujuy con su hijo.
"No nos podemos volver, yo no me voy hasta que me lo entreguen", dijo tras escuchar que la Armada Argentina solo buscará al buque y ya no a posibles sobrevivientes.
Agitada, un poco por los más de 150 metros que caminó hasta la puerta de acceso,otro poco por la emoción que la sacude, respira hondo y suplica sin alzar la voz. "Ellos estaban preparados, van a buscar el medio para sobrevivir", destaca de los 44 marinos. Y luego admite que el peor final también es posible. En ese caso no está dispuesta a irse de la Base Naval Mar del Plata con las manos vacías: "Queremos que los sigan buscando, que encuentren los cuerpos, necesitamos hacer un duelo", dice, resignada.
"Nos comunicaron que ellos siguen en la búsqueda, pero que tenemos que resignarnos a que pueden estar muertos", cuenta Mendiola, sobre el parte que les dieron los jefes navales a los familiares de los tripulantes.
Describe que el escenario tras la novedad fue algo caótico. Entre los familiares y amigos de los tripulantes hubo reacciones disímiles, con gestos de bronca, reclamos y también desvanecimientos. "A todos nos agarró un ataque", detalla sobre un cimbronazo que sacudió a todos.
Las autoridades, relata, les dieron a entender que por el tiempo transcurrido ya no hay posibilidad de sobrevida. Que igual los seguirán buscando, pero con muy pocas posibilidades de dar con los marinos. "Ni saben a qué profundidad se encuentra y cómo está el submarino", dijo.
También está al tanto de que para el 5 de diciembre está previsto que entre en acción el más sofisticado equipo ruso, capaz de rastrear en profundidades superiores a los 1000 metros. Y aunque transcurrieron quince días desde el último contacto siente que todavía "hay esperanzas".
"Nos dijeron que siguen buscando pero que tenemos que estar preparados para lo que venga", señala Mendiola, que por momentos habla de sobrevivientes y por otro admite que espera por el cuerpo de su hijo. "Necesitamos algo", insiste.
Al igual que la mayoría de los familiares de los tripulantes, Mendiola aseguró que hoy y los próximos días seguirá presente en la Base Naval, a la espera de más y mejores novedades. Y para repetirle una y otra vez a los jefes navales que a los 44 tripulantes "tienen que ir a buscarlos".
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