La superpoblación del planeta, el consumo desmedido, la escasez de recursos naturales como el agua y la energía, la contaminación y la desigualdad social, entre otros factores, han impulsado la aparición de las denominadas ciudades sostenibles, un concepto con el que poco a poco nos hemos ido familiarizando.
La idea surgió en el año 1994, cuando la ciudad danesa de Aalborg fue testigo de un movimiento refrendado en la Carta Europea de las Ciudades Sostenibles, un texto al que en la actualidad se han sumado más de 400 centros urbanos del mundo entero.
https://www.youtube.com/watch?v=4gmGYD_jKvs
Entendemos por ciudades sustentables a aquellas localidades que cuentan con un entorno adecuado para el desarrollo de todas las personas que la habitan y la transitan y que hacen uso racional de los recursos sin comprometer los de las futuras generaciones.
Desde una perspectiva sistémica consideramos que es fundamental comprenderlas como una interacción entre el sistema ambiental, social y económico. En este sentido, su significado y definición varían de acuerdo con el entorno urbano al que se aplican. Es decir, no existe un tipo ideal de ciudad sustentable, sino que ésta se conforma según sus características propias.
Los requisitos esenciales de toda ciudad sostenible son:
1) Acceso a recursos públicos básicos
Empecemos por lo esencial: el bienestar de las personas. La ciudad sostenible garantiza a sus habitantes educación de calidad, centros de salud adecuados, transporte público accesible, recogida de basuras, seguridad y buena calidad del aire, entre otros aspectos. Es decir, aquello que es indispensable para su supervivencia.
2) Acciones de renovación urbana
La renovación del espacio público es fundamental. Esto implica adaptación de calles, plazas, parques y del espacio urbano en general. También supone la conservación del patrimonio cultural y su incorporación a la ciudad moderna. La ciudad sostenible está integrada, nunca aislada ni jerarquizada. En Melbourne, Australia, se han ideado unos edificios sostenibles que animan construir a propietarios y gestores para mejorar la eficiencia en el uso de energía y agua y reducir su desperdicio al mínimo
3) Reducción de emisiones de CO2
La reducción de CO2 y de otros gases perjudiciales para la capa de ozono es uno de los indicadores más significativos a la hora de valorar el compromiso medioambiental de una ciudad. Esto se logra con el uso de energías renovables, una buena oferta de medios alternativos de transporte (bicicletas, trenes y autobuses eléctricos, etc.) y la adaptación de viviendas que promuevan el ahorro de agua y de energía. Por ejemplo, desde diciembre de 2013, la ciudad de Shenzhen, en China, introdujo una nueva flota de más de 6.000 unidades de vehículos ecointeligentes, convirtiéndose en la mayor flota en servicio con emisiones cero de todo el mundo.
4) Favorecer el comercio justo
Las ciudades sostenibles se oponen al consumo desmedido. En cambio, impulsan otros modelos de comercio justo que fomenten la compra local y las redes de productores respetuosos con el medio ambiente.
5) Triple fórmula: reducir, reutilizar y reciclar
Los gestores de la ciudad sostenible deben poner en marcha acciones pedagógicas para concienciar sobre la importancia del reciclaje y el consumo responsable. Esto evitará el uso desmedido de los recursos naturales de los que se dispone en entornos cercanos y dará pie a la creación de redes de solidaridad entre sus habitantes, algo que se enmarca dentro de las iniciativas de ciudadanía global.
El futuro está en lo que conocemos como países del primer mundo y su desarrollo máximo en las ciudades que han trascendido los logros económicos, políticos o culturales y van más allá, apostando a cuidar su futuro. En este sentido, muchas de ellas se han reconvertido en un largo proceso que se enfoca principalmente en la ecología y la sustentabilidad como principios impostergables.
Las grandes urbes, siempre identificadas como un centro de contaminación, nos demuestran que también pueden ser inteligentes en la manera de planear su movilidad, la generación de residuos, la sonoridad y el uso del espacio público en primer lugar.
La mayoría de las ciudades ecológicas se ubican al norte del globo donde quizá por cuestiones climáticas o históricas se han visto motivadas a desarrollarse mucho más rápido, además de la cultura del trabajo y el esfuerzo que allí promueven.
San Francisco
En Estados Unidos, en su costa Oeste asoma esta ciudad de terreno tan irregular, que hoy alberga la clase más alta y concientizada del país. Siempre a la vanguardia en todo, fueron por ejemplo los primeros en dar luz al movimiento gay y hippie en la década del '60. Lo mismo cuando se trata de cuidar el planeta, fueron precursores en la prohibición de las bolsas de plástico y este año además llegan hasta las botellas de plástico tan comunes. Son líderes en alimentación orgánica y natural, promoviendo grandes cadenas de comercio en esta sintonía, al igual que las huertas urbanas. Su población se ha vuelto de las más conscientes y radicales a la hora de los cambios. En sí misma la ciudad es toda muy diversa, entre la zona latina, el barrio gay, el vecindario más hippie, el centro de negocios tecnológicos o el puerto pesquero. Bien vale la pena como destino para conocer en toda su oferta y recorrer durante varios días, allí lo que cambia es la fachada, pero nunca su mentalidad.
Reykjavik
Es la capital de Islandia, un país que se encuentra muy cerca del ártico, con noches eternas en verano e inviernos de poquísima luz. De ella no se conoce mucho más que sus historias de vikingos y a la cantante Björk. Pero esta ciudad es la vanguardia total si se habla de energías renovables, con las que se abastece por completo. La energía geotérmica por ejemplo alumbra casi el 95% de todos sus edificios, todo un logro al aprovechar su paisaje volcánico para nutrirse de ellos. En la ciudad, sus autobuses funcionan todos con hidrógeno y las casas se abastecen de energía hidroeléctrica. Parte de la proyección que hace este estado es no depender de los combustibles fósiles dentro de 30 años.
Toronto
En Canadá, es la candidata a convertirse en la ciudad más sostenible de América del Norte, y para demostrarlo creó un plan de acción de cambio climático cuyo principal objetivo es reducir en un 80% las emisiones de gases de efecto invernadero para el 2050. En esta sintonía se toman todas las medidas posibles, por ejemplo hace unos días se sumó a la lucha contra las bebidas envasadas en plástico y quiere prohibirlas, promueve los techos verdes, exige a sus ciudadanos la separación de residuos, ubica paneles solares en todo edificio estatal y hasta se mete con la comida natural. Si hay algún terreno libre, lo habilita para que entre varios puedan usar esta tierra para cultivar. Sus promesas de a poco se van cumpliendo y así es que pretenden también tener unos 1000 km de ciclovías para colaborar con el desplazamiento urbano.
Otras ciudades sustentables en el mundo
https://www.youtube.com/watch?v=4gmGYD_jKvs
Ejemplo de ciudad sustentable
https://www.youtube.com/watch?v=9I1-J7xfqfA
Autor: Animo
Emmanuel Vela Rivas
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