La huella hídrica es un indicador medioambiental que define el volumen total de agua dulce utilizado para producir los bienes y servicios que habitualmente consumimos. Es una variable necesaria que nos dice el agua que nos cuesta fabricar un producto. Tradicionalmente, las evaluaciones de los usos del agua se realizaban exclusivamente midiendo o estimando las captaciones de las fuentes superficiales o subterráneas, ignorando la producción de bienes y servicios finales, sin tener en cuenta que estos productos se realizan en largas cadenas de producción con consumos específicos dentro de cada una de las etapas y con impactos específicos según cada zona.
El indicador denominado 'huella hídrica' (HH) trata de suplir esta deficiencia, buscando evaluar el nivel de apropiación e impacto sobre los recursos hídricos que requiere la producción de un bien o la prestación de un servicio a lo largo de toda su cadena de producción, incluyendo, en el cálculo, las materias primas
La huella hídrica se mide en unidades de volumen (litros o metros cúbicos) por unidad de producto fabricado o servicio consumido, y consta de tres sumandos que se han denominado según los colores asignados usualmente al agua: la huella hídrica verde contiene la fracción de huella que procede directamente del agua de lluvia o nieve y que se almacena en el suelo en capas superficiales al alcance de las plantas; la huella azul se refiere al agua que procede o se capta de fuentes naturales o artificiales mediante infraestructuras o instalaciones operadas por el hombre; y, por último, la huella gris se refiere al volumen de agua contaminada en los procesos
¿Por qué es tan importante?
La huella hídrica establece una relación directa entre los sistemas hídricos y el consumo humano. Esta vinculación puede determinar factores como la escasez o contaminación del agua, pero también puede permitir la mejora de la gestión de la producción de agua.
La gestión del agua es a menudo un tema controvertido en las regiones semiáridas. La mayoría de los expertos en recursos hídricos admiten que los conflictos del agua no son causados por la escasez física del mismo, pero se deben principalmente a la gestión inadecuada de este líquido vital. El concepto de agua virtual (el volumen de agua utilizada en la producción de una mercancía, bien o servicio), junto con la huella hídrica (indicador del consumo de agua que se parece tanto a uso directo e indirecto de agua de un consumidor o productor), une una gran gama de sectores y temas, proporcionando así un marco potencialmente adecuado para apoyar las prácticas más óptimas de gestión del agua, siendo un factor importante en las decisiones de producción y comercio.
En la mayoría de los países donde escasea el agua, la gestión de los recursos hídricos es un problema bastante importante como polémico; ya que no es la escasez física la que genera el conflicto pero si en su mayor parte una mala gestión causas grandes estragos en una población y en los ecosistemas. Al vincular una amplia gama de sectores y temas, el agua virtual y análisis de la huella hídrica proporcionan un marco adecuado para encontrar posibles soluciones y contribuir a una mejor gestión de los recursos hídricos.
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