Crónica de los Oscar 2018, una gala que pasará a la historia por no pasar a la historia

Se esperaba con máxima expectación la 90 edición de los Oscar. Una noche especial, una noche diferente. La gran noche, en definitiva. Este año, además, había mucho (malo)que recordar desde la tribuna.

Pero pasaban las horas y parecía que la ocasión se estaba perdiendo por momentos. Nadie tomaba las riendas, Jim Kimmel tampoco. El cómico quiso ponerse de lado y acabó de espaldas. Como muchos otros. La Gala era plana. Demasiado para una ocasión que se estaba diluyendo ante la complacencia de algunos.

Harvey Weinstein, control de armas, inclusión, Donald Trump... Los temas parecían amontonarse sobre la mesa, pero todos dejaban pasar su oportunidad. Sólo el discurso de Frances McDormand hizo pensar que todavía había tiempo. Demasiado tarde. La noche ya circulaba por una autopista de peaje y la llegada estaba demasiado próxima para dar un volantazo.

No se trata de convertir las galas en inacabables discursos reivindicativos. Pero, sin duda, es una buena oportunidad de, con ingenio, respeto y, en muchas ocasiones, sentido del humor, dejar claro que estos acontecimientos sirven para poner el foco en diversos aspectos que están latentes en la sociedad.

Por lo demás, queda claro que los cineastas mexicanos son la rueda a seguir en el Hollywood actual. El último lustro deja un palmarés indiscutible: Alfonso Cuarón por 'Gravity (2013)', Alejandro González Iñárritu por 'Birdman' (2014) y 'El Renacido' (2015) y Guillermo del Toro por 'La forma del agua' este año, demuestran, con su Oscar como mejor director, que no hay que poner muros al talento.

.Marta Godoy y Lucía Millán