Dilemas morales reales:
Plantean situaciones conflictivas sacadas de
los problemas de la vida cotidiana, casos que les pueden pasar a los
alumnos –es más, sería aconsejable procurar extraer estos dilemas de
casos reales que les hayan ocurrido a ellos–. Al basarse en hechos
reales, son más motivadores para el trabajo en el aula, pues los
alumnos pueden hacer intervenir su experiencia al lado de la lógica
discursiva para tomar sus decisiones.
Dilemas de analisis:
Es aquel dilema en el que el protagonista
de la historia ya ha tomado una decisión y ejecutado una conducta,
y se trata de que el participante emita juicios de valor sobre esa solución
que se le ha dado al caso. Son, pues, dilemas cerrados.
Dilemas completos:
Son aquellos que informan con amplitud de las diversas circunstancias
que influyen en el problema, con el fin de que quien va a emitir un juicio
sobre el mismo disponga de la mayor cantidad posible de información,
hecho que contribuirá a que la toma de decisión sea más ajustada a criterio.
Al tener todas o casi todas las variables, el juicio moral será más razonado y correcto.
Dilemas incompletos:
Son los que no proporcionan una información completa sobre las circunstancias
concurrentes en el dilema, limitándose a plantearlo a grandes rasgos, sin detalles.
Ante esta falta de definición, los participantes tendrán que hacer un esfuerzo reflexivo
para discernir ellos mismos bajo qué circunstancias tomarían una decisión en un sentido u otro.
Es decir, que en este tipo de dilemas el debate tiene como objetivo, además de buscar la
solución, investigar las variables que orientarían la elección en un sentido u otro.