DON Alfredo Di Stéfano, EL JUGADOR MÁS INFRAVALORADO DE LA HISTORIA ¿MEJOR QUE MESSI?

 Alfredo di Stéfano (Buenos Aires, 1926-Madrid, 2014) fue sin duda alguna uno de los mejores futbolistas de la historia. El sexto para mí. El argentino fue el cuarto jugador más completo de todos los tiempos tras Cristiano, Gullit y Pelé. Jugaba de defensa, de medio, de delantero y hasta en una ocasión lo hizo de portero. Era el futbolista total. Adquirió una dimensión planetaria cuando fichó por el Madrid, en 1953, pero antes se forjó como futbolista en Argentina primero y luego en Colombia antes de cruzar el charco. Estos son los orígenes de la leyenda que cambió la historia del Real Madrid y del fútbol mundial.

Descendiente de emigrantes italianos por parte de su padre y franceses por parte de su madre, Di Stéfano llevaba el fútbol en sus genes. Su padre fue jugador del River Plate, donde jugó dos años hasta que una lesión le obligó a retirarse. Porteño de pura cepa, pasó su infancia en el barrio de La Boca, donde empezó a flirtear con el fútbol. De niño se pasaba las horas jugando con una pelota fabricada con papel prensado atado con gomas y envuelto en una media de mujer. Cuentas que iba a todos los sitios corriendo. Y era rápido. Su primer balón de cuero lo consiguió en una rifa de un cine a los 8 años. En realidad le tocó uno de rugby, pero él, muy pillo, se las ingenió para cambiarlo por uno de fútbol.

 Don Santiago Bernabéu se movió y mandó a Raimundo Saporta a Colombia, donde el Madrid adelantó 1,5 millones de pesetas al Millonarios para hacerse con su fichaje. Mientras tanto Samitier le recibió en Barajas y le llevó a Barcelona. Allí pasó semanas y nadie le decía nada. Para no perder la forma se entrenó con Kubala y César, con los que trabó una gran amistad. Jugó tres pachangas con el Barça en Masnou, Sitges y Palafrugell, pero oficialmente no tenía licencia para jugar. En agosto de 1953 Saporta viajó a Barcelona y se entrevistó en secreto con Di Stéfano, al que enseñó el contrato firmado con el Millonarios.

El Barcelona le propuso un paso intermedio por la Juventus antes de oficializar su traspaso. Pareció perder interés influenciado por un intermediario que les dio que su fichaje no era rentable. Los azulgranas habían ganado dos Ligas seguidas y tenían a Kubala, no les apremiaba tanto su contratación. Al Madrid, que llevaba 20 años sin ganarla, sí. La FIFA intervino y tomó una decisión salomónica, que Di Stéfano jugase dos años en el Madrid y dos en el Barcelona de manera alternativa. La Delegación Nacional de Deportes (DND), que controlaba la Liga, aceptó la inscripción de la Saeta Rubia y de dos jugadores en condiciones similares.

 El Barça renunció en  1953 a los derechos por el jugador y se los cedió al Madrid, donde había empezado a golear, a cambio de que los blancos se hiciesen cargo de los gastos de los azulgranas en la negociación que ascendieron a 4,4 millones de pesetas. 

Di Stéfano firmó por cuatro temporadas con el Madrid, donde se convirtió en leyenda