Desde mi punto de vista la religión defiende obstinadamente su posición acerca de la creencia religiosa de que Díos nos da la vida y por lo tanto él es el único que nos la puede quitar, de que no somos o estamos autorizados a cambiar los designios de Díos ya que si padecemos de alguna enfermedad terminal debemos tener fé para sanarnos porque los milagros también son de Díos. Tenemos que aceptar una vida de placer y dolor, de risa y de llanto, de dulce y amargo, pasamos por esta vida y debemos cumplir con,lo que Díos nos tiene destinado ya que llegará el momento de tener un descanso eterno después de la muerte. Sin embargo hoy en día la humanidad en este tiempo en que la ciencia avanza a pasos agigantados y que la situación económica no está del todo bien, antepone la razón por encima de las creencias y sabiendo que la vida es un regalo maravilloso debe ser vivida a plenitud y si hay la posibilidad de que una persona de acuerdo a su voluntaria petición quiera poner fin a su sufriento, a su dolor, a ese desgaste económico familiar es viable y respetable desde mi punto de vista siempre y cuando sea una practica previamente estudiada por un comité médico y seguida por profesionales que hallan hecho un acompañamiento a el caso y concluyan que es la mejor decisión para acabar con una vida llena de dolor.
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