Espídico más que nervioso", Guillermo Bárcenas se prepara para ofrecer el mayor concierto hasta ahora de su banda, Taburete, ante un aforo de cerca de 14.000 espectadores, toda una proeza para quien hace solo dos años no había publicado un solo disco y rascaba "shows" en terrazas ante 30 personas. "Hablar de consolidación en tan poco tiempo es pronto, pero soy optimista y sí creo que lo del WiZink Center es el inicio de algo muy grande", confiesa el joven músico ante su primer desembarco en el antiguo Palacio de Deportes de la Comunidad de Madrid, que tendrá lugar este jueves. Lo dice a falta de unos pocos centenares de entradas por venderse en las gradas más altas de este multitudinario espacio, para el que en principio solo reservaron la pista, unas 5.000 localidades que se agotaron en menos de dos horas. "Decidimos entonces que había que hacer el formato grande e ir a por todo", recuerda el joven músico, más conocido por el hipocorístico Willy y por ser el hijo del extesorero del PP Luis Bárcenas, con una prometedora carrera musical. Libre se vio de esa condición en su reciente "primera toma de contacto" con Latinoamérica, donde tocaron en México. "Nos trataron fenomenal. Ellos ven un buen grupo de música y nada.
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