Huyendo del acoso

Andrés Maturana (nombre ficticio) 16 años, acosado desde los 14 años.

Esto comienza en primaria, él tenía 8 años y cambió de colegio. Se comportaba normal, como siempre lo había hecho, pero un grupo de amigos notaron algo en él que era motivo de risa para todos sus compañeros. En cualquier lugar era arrinconado, pero dentro del salón de clases aún más. Cualquier joven de su edad en la clase se aburría por diferentes motivos, Andrés en particular, solía jugar la mayoría de las veces a un juego creado por él, llamado el bus, donde simulaba manejar, debido a esto hacía sonidos raros.

Cada vez que le preguntaban el por qué lo hacía este no respondía, por lo que buscaban más formas de entretenerse, entre estas, durante las pruebas se preguntaba en voz alta cual alternativa era la correcta, sus compañeros con intención de molestarlo decían que hablaba solo. Nos comentó que una vez estaba tranquilo realizando una actividad y de pronto comenzó a correr mucho viento, este entró en la sala y causó un alboroto por la cantidad de carteles pegados en la pared que habían caído, luego un compañero grita; “CALMATE MATURANA”, esto le hizo molestarse y salir de ahí.

Al terminar el año se fue del colegio debido al acoso recibido. Hoy está feliz estudiando sin ser arrinconado a cada segundo, es fanático de su equipo de corazón: Curicó Unido, siempre que juegan ve sus partidos y disfruta cantando: “abran el portón”, para correr y saludar a todos los jugadores.

Aunque ahora esté feliz, no fue gracias a sus “amigos”, Andrés tiene el mejor promedio de su clase y siempre está ahí para ayudar a sus compañeros, si esta historia hubiese sido diferente, ahora aquellas personas que molestaron a este joven ejemplar, disfrutarían la compañía y apoyo que este da y del mismo modo, recibe.