Los términos paidofilia y pedofilia se usan en las ciencias de la salud para referirse a una parafilia (en el DSM-V, se clasifica como trastorno psiquiátrico) que consiste en la excitación o el placer sexual que obtiene una persona adulta o un adolescente mayor al llevar a cabo actividades o al tener fantasías sexuales con niños de entre 6 y 11 años (lactante, infancia, preadolescentes).
Aunque las niñas suelen comenzar el proceso de la pubertad a los 10 u 11 años, y los niños a los 11 o 12 años, los criterios para la pedofilia se amplían al punto de corte para la prepubescencia que vendría rodeando a la edad de 13 años.
La pedofilia es un rasgo multifactorial en la personalidad del que la padece, y se compone de aspectos mentales, institucionales, de actividad, de educación sexual, de violencia, de control de las pulsiones, etc. En este sentido, se suelen distinguir dos tipos de pedofilia: una primaria o esencial, muy arraigada en el sujeto, y otra secundaria (u otras), que aparecería motivada por factores circunstanciales.
Las conductas pedófilas son muy heterogéneas, desde casos inofensivos, hasta aquellos en que alcanzan niveles que entran dentro de lo criminal. A la actividad sexual de un pedófilo con un menor prepubescente o menos de 10 años se la conoce con el nombre de abuso sexual infantil o pederastia(palabra que, etimológicamente, significa lo mismo que pedofilia).
Existen diversas asociaciones de pedófilos que reivindican la pedofilia como una forma más de vivir la sexualidad humana y que, en consecuencia, debe ser aceptada con naturalidad por parte de la sociedad.
En el uso popular, la palabra pedofilia se suele aplicar a cualquier interés sexual en los niños o el acto de abuso sexual infantil. Este uso confunde la atracción sexual hacia los niños prepúberes con el acto de abuso sexual infantil, y no distingue entre la atracción a prepúberes y púberes o post-púberes menores de edad. Los investigadores recomiendan que se eviten estos usos imprecisos ya que si bien las personas que cometen abuso sexual infantil a veces presentan el trastorno, los abusadores sexuales de niños no son pedófilos a menos que tengan un interés sexual primario o exclusivo en los niños prepúberes, y la literatura indica la existencia de pedófilos que no abusan de los niños.
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