Hace ocho años el arquitecto Diego Jaramillo estuvo al frente de la Dirección Municipal de Áreas Históricas. Cree que para generar conciencia, se requiere de un plan de gestión de los bienes.
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La noche del viernes 30 de agosto un inmueble patrimonial ubicado en las calles Hermano Miguel, entre Mariscal Sucre y Presidente Córdova fue derrocado. Esta acción generó la indignación de los cuencanos en redes sociales y una diversidad de opiniones al respecto.
Diego Jaramillo, arquitecto especializado en conservación de patrimonio edificado, asegura que la solución más viable para detener estos hechos es logrando la participación ciudadana.
Jaramillo estuvo al frente de la Dirección Municipal de Áreas Históricas y Patrimoniales en el periodo 2010-2011. Fue docente e investigador de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Cuenca y ha trabajado de manera independiente en proyectos de restauración y conservación de patrimonio, que incluyen trabajos de consultoría e inventarios, además de estudios de las áreas históricas en Azogues, Loja, Riobamba y esta ciudad.
p. ¿QUÉ se entiende por patrimonio edificado?
r. El patrimonio edificado puede ser entendido de muchísimas formas, pero creo que el concepto más actual tiene que ver con una relación. Me refiero a una construcción social y personal que surge entre sujetos y objetos determinados, en este caso, con los bienes arquitectónicos. Es entonces una construcción que desarrolla el sujeto con esos bienes y lo llevan a tener un sentido de apropiación y pertenencia cultural, haciendo suyos estos elementos y convirtiéndolos también en su patrimonio. Estoy convencido de que esta definición desde la comprensión y el entendimiento puede dar luces de lo que debería ser una gestión real y conservación del patrimonio.
p. ¿el ciudadano común valora realmente su patrimonio?
r. Existe un amplio sector de la sociedad que no tiene conciencia del patrimonio y no lo valora. Esto tiene que ver con temas de educación y difusión. Ahora mismo en las redes sociales, a partir del derrocamiento de la edificación en el Centro Histórico el pasado 30 de agosto, se pueden leer las diversas opiniones que tiene la ciudadanía y me parece que muchas pasan por el desconocimiento sobre el valor que tiene el patrimonio. Pero esto ocurre en todas las ciudades y justamente debe llevarnos a pensar en programas amplios de educación y difusión formal desde las escuelas, colegios, universidades y la academia, en general; así como en otras formas de educación y trabajo con la comunidad. A mí me parece que uno de los problemas de la gestión del patrimonio es no haber incluido a la ciudadanía en estos planes, y a esto responden las manifestaciones contrarias que giran en torno al tema.
p. ¿existe algún tipo de motivación PARA QUIENES NO cuentan con los recursos económicos suficientes para CONSERVAR UN BIEN PATRIMONIAl?
r. Pienso que hasta el momento la gestión que se ha realizado para la conservación del patrimonio edificado evidencia un modelo fundamentalmente castigador y sancionador. Los incentivos para los propietarios de los inmuebles patrimoniales son mínimos. Creería entonces que hay que pensar en otras maneras para que la ciudadanía se involucre en el cuidado y la prevención. Por qué no pensar, por ejemplo, en alianzas entre el sector público y privado para que se den incentivos económicos significativos a estos propietarios. Los verdaderos beneficiarios del patrimonio en Cuenca son los sectores económicos dedicados al turismo, como hoteles, hostales, restaurantes y demás. Esto está bien, pero hay que tomar en cuenta que los menos beneficiados son los propietarios, quienes saben que tienen un bien patrimonial, pero no lo reconocen ni perciben como un bien económico que les genera rentabilidad. Si no se apuesta a esta participación ciudadana ni a un modelo de gestión que garantice algún tipo de beneficio, lamentablemente las destrucciones van a continuar.
p. los propietarios de las edificaciones patrimoniales hablan de trámites burocráticos que tardan demasiado para intervenir sus bienes. ¿cómo solucionar esta problemática?
r. Se debería hacer una serie de revisiones administrativas con respecto a los permisos y la aprobación de planos. Efectivamente, conozco de muchos casos que demoran meses para obtener un permiso aprobado o negado, lo cual significa que hay un capital que está paralizado y que genera dificultades. Quisiera que se entienda bien lo que voy a decir, pero creo que también hay que flexibilizar las intervenciones sin que se pierdan los valores patrimoniales. La ciudadanía tiene la idea de que en el patrimonio edificado no hay como hacer nada y esa percepción impide las intervenciones. Hace falta la posibilidad de que la gente sienta que su patrimonio puede adecuarse a las circunstancias actuales. Creo que hay restricciones demasiado fuertes que complican el uso del espacio y con esto, no quiero decir que se destruya el patrimonio, sino que se genere un conocimiento cabal de sus valores.
p. ¿la prisión para quienes destruyen el patrimonio es un camino para generar conciencia?
r. Algunas personas creen que con un castigo de esta naturaleza se dará un ejemplo y puede ser que así sea. Más allá de que nos guste o no, es lo que exige la Ley y está hecha para cumplirla. Sin embargo, yo pienso que se trata fundamentalmente de un tema de conciencia y la conservación del patrimonio debe incluir a la ciudadanía. También podría ser efectivo aplicar la Ley pidiendo la reconstrucción de los bienes, pero tampoco creo que la solución tenga que ver con un patrimonio recién construido, sino con generar la apropiación del patrimonio.
p. ¿cómo generar esta apropiación?
r. Tenemos momentos en la historia de la ciudad que pueden ser significativos para repensar en la conservación, como los 200 años de la Independencia de Cuenca y los 20 años de su declaratoria como Patrimonio Cultural de la Humanidad. Urge un plan de gestión del patrimonio que recoja las inquietudes ciudadanas. Hoy se hacen las cosas con la mejor voluntad pero aquello no es suficiente.
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