La sexta gran extinción en la Tierra
Cuida a la biodiversidad
Cuida a la biodiversidad 
icono de búsqueda de contenidos

La sexta gran extinción en la Tierra

Las especies se están extinguiendo con mucha más rapidez que antes, alertan los expertos

21 may 2017


 

 

 

 

Por BILL LAURENCE/  PAUL EHRLICH

19 MAY 2017

En la Tierra hay vida desde hace unos 3.700 milones de años . En este tiempo, conocemos cinco extensiones masivas, episodios dramáticos en los que muchas, o la mayoría, de las formas de vida desaparecieron en un parpadeo geológico. 

Cada vez más científicos afirman que nuestro planeta podría experimentar pronto la sexta extencion masiva, esta vez provocada por el impacto cada vez mayor causado por la humanidad.

Nosotros sostenemos enfáticamente que el jurado ya ha deliberado y el debate ha terminado: la sexta extinción terrestre ya está aquí.

Las extinciones masivas suponen una catastrófica pérdida de biodiversidad, pero lo que muchos no aprecian es qué significa eso de biodiversidad. Una forma abreviada de hablar de la biodiversidad es simplemente contar especies. Por ejemplo, si una especie se extingue sin ser sustituida por otra, estamos perdiendo biodiversidad.

Pero la biodiversidad no es solo cuestión de especies. Dentro de cada especie hay por lo general cantidades considerables de variación genética, demográfica, conductual y geográfica. Buena parte de esta variación supone adaptaciones a las condiciones medio ambientales locales, para aumentar la aptitud biológica de un organismo concreto y de su población.

Y hay también una enorme cantidad de biodiversidad que supone interacciones entre las diferentes especies y su entorno físico. Muchas plantas dependen de animales para la polinización y para la dispersión de las semillas. Las especies que compiten se adaptan unas a otras, al igual que los depredadores y sus presas. Los patógenos y sus huéspedes también interactúan y evolucionan juntos, a veces con notable velocidad, mientras que nuestro sistema digestivo interno alberga billones de microbios útiles, inocuos o perjudiciales.

En consecuencia, los ecosistemas son una mezcolanza de especies diferentes que están continuamente compitiendo, combatiendo, cooperando, ocultándose, engañándose, timándose, robándose y consumiéndose unas a otras en una pasmosa variedad de formas.

Da igual cómo la midamos. La extinción masiva ya ha llegado. Un estudio efectuado en 2015en el que uno de nosotros (Ehrlich) participaba como coautor empleó cálculos moderados para calcular la tasa natural o de fondo de extinción de especies en diversos grupos vertebrados. El estudio comparó a continuación estas tasas de fondo con el ritmo de pérdida de especies desde comienzos del siglo XX.

Incluso suponiendo tasas de fondo conservadoramente elevadas, las especies se están extinguiendo con mucha más rapidez que antes. Desde 1900, los reptiles desaparecen 24 veces más rápido, las aves, 34 veces, los mamíferos y los peces, unas 55 veces más rápido, y los anfibios, unas 100 veces más rápido que en el pasado.

Extinción acumulada de especies de vertebrados desde 1500, en comparación con la tasa “de fondo” de pérdida de especies. G. CEBALLOS ET. AL. (2015), SCIENTIFIC ADVANCES

Si agrupamos todos los grupos de vertebrados, la tasa media de pérdida de especies es 53 veces más alta que la tasa de fondo.

Para empeorar las cosas, estas extinciones modernas no tienen en cuenta las múltiples pérdidas de especies causadas por los humanos antes de 1900. Se ha calculado, por ejemplo, que los polinesios eliminaron alrededor de 1.800 especies de aves endémicas de las diferentes islas del Pacífico que fueron colonizando a lo largo de los últimos dos milenios.

Y mucho antes, los primeros cazadores recolectores efectuaron extenciones relámpago de especies en especial mega fauna como mastodontes,  aves elefante y perezosos de tierra gigantes— en su migración de África a otros continentes.

En Australia, por ejemplo, la llegada de los humanos hace al menos 50.000 años fue seguida al poco tiempo por la desaparición de enormes lagartos y pitones, canguros depredadores, el “león” marsupial y el Diprotodon, un marsupial del tamaño de un hipopótamo, entre otros.

Es posible que los cambios en el clima  hayan contribuido, pero los humanos, con su caza y sus incendios han sido casi con seguridad la sentencia de muerte para muchas de estas especies.

 

 

Como resultado de estas extinciones anteriores a 1900, la mayoría de los ecosistemas de todo el mundo atravesaron un filtro de extinción: las especies más vulnerables desaparecieron, dejando atrás otras relativamente más resistentes o menos visibles.

Y lo que estamos viendo ahora es la pérdida de estos supervivientes. La suma de todas las especies llevadas a la extinción por los humanos desde la prehistoria hasta hoy sería mucho mayor de lo que muchos creen. 

La desaparición de poblaciones

La sexta gran extinción se manifiesta también de otros modos, en especial en la aniquilación generalizada de millones (miles de millones quizá) de poblaciones de animales y vegetales. Al igual que las especies pueden extinguirse, también lo hacen poblaciones concretas, reduciendo la diversidad genética y las perspectivas de supervivencia a largo plazo de la especie.

Por ejemplo, el rinoceronte bicorne asiático  se extendía en otro tiempo por el sureste de Asia e Indochina. Hoy solo sobrevive en diminutas bolsas separadas que comprenden quizá el 3% de su ámbito geográfico original.

Tres cuartas partes de los carnívoros más grandes del mundo, incluidos los grandes felinos, los osos, las nutrias y los lobos, están disminuyendo en número. La mitad de estas especies ha perdido al menos el 50% de su anterior hábitat.

De modo similar, excepto en determinadas zonas salvajes, las poblaciones de grandes árboles longevos  están disminuyendo drásticamente.

El Informe Planeta Vivo 2016  de WWF resume las tendencias a largo plazo de más de 14.000 poblaciones de más de 3.700 especies de vertebrados. Su conclusión: solo en las cuatro últimas décadas, el tamaño de las poblaciones observadas de mamíferos, aves, peces, anfibios y reptiles ha disminuido una media del 58% en todo el mundo.

Y a medida que la población de muchas especies cae en picado, sus cruciales funciones ecológicas disminuyen con ella, creando posibles reacciones en cadena  capaces de alterar ecosistemas completos.

En consecuencia, las especies en peligro de desaparición pueden dejar de desempeñar su función ecológica mucho antes de extinguirse de hecho. 

Todo lo que sabemos sobre biología de la conservación nos dice que las especies cuya población está en caída libre son cada vez más vulnerables a la extinción.

Las extinciones rara vez se producen de manera instantánea, sino que la conspiración de los números en declive, la fragmentación de la población, la endogamia y la variación genética reducida puede conducir a un vórtice de ectinción  funesto. En este sentido, nuestro planeta está ahora acumulando una gran deuda de extinción  que finalmente habrá que pagar

Y no hablamos solo de perder hermosos animales; la civilización humana depende de la biodiversidad para su existencia misma. Las plantas, los animales y los microorganismos con los que compartimos la Tierra nos aportan serviciosde sistemas vitales, como regular el clima, proporcionar agua limpia, limitar las inundaciones, gestionar ciclos de nutrientes esenciales para la agricultura y la silvicultura, controlar las plagas perjudiciales para los cultivos y portadoras de enfermedades, y proporcionar belleza y beneficios espirituales y de recreo.

¿Nos aproximamos a la destrucción final? . Lo que estamos diciendo, sin embargo, es que la vida en la Tierra es en última instancia un juego en el que no hay ganadores ni perdedores. Los humanos no podemos seguir aumentando de número, consumir cada vez más tierra, agua y recursos naturales, y esperar que todo vaya bien.

Limitar el perjudicial cambio climático se ha convertido en un eslogan para luchar contra esos males. Pero las soluciones a la actual crisis de extinción deben ir mucho más allá.

Debemos también ralentizar urgentemente el crecimiento de la población humana, reducir el consumo y la caza excesivos, conservar  lo que queda de zonas vírgenes, ampliar y proteger mejor nuestras reservas naturales, invertir en la conservación de especies en grave peligro de extinción, y votar a líderes que conviertan estas cuestiones en una prioridad.

Sin medidas decisivas, es probable que cortemos ramas vitales del árbol de la vida que podría costar millones de años recuperar.

 

Temas relacionados:

Opiniones de este contenido

Esta web se reserva el derecho de suprimir, por cualquier razón y sin previo aviso, cualquier contenido generado en los espacios de participación en caso de que los mensajes incluyan insultos, mensajes racistas, sexistas... Tampoco se permitirán los ataques personales ni los comentarios que insistan en boicotear la labor informativa de la web, ni todos aquellos mensajes no relacionados con la noticia que se esté comentando. De no respetarse estas mínimas normas de participación este medio se verá obligado a prescindir de este foro, lamentándolo sinceramente por todos cuantos intervienen y hacen en todo momento un uso absolutamente cívico y respetuoso de la libertad de expresión.




 No hay opiniones. Sé el primero en escribir.


Escribe tu comentario
* Datos requeridos
Título *
Contenido *
Tu nombre *
Tu email *
Tu sitio web
 
Te recomendamos...
TODO SOBRE RUNNING
https://press.parentesys.com/839/
parentesys
https://www.parentesys.es/
Noches de jardín
https://www.revistanochesdejardin.com/
Music World
https://press.parentesys.com/47897/
Conócete a tí mismo
https://press.parentesys.com/802/