Cada vez existe mayor concienciación sobre la transformación que está sufriendo la sociedad debido a la irrupción de Internet y las nuevas tecnologías. Estas nuevas herramientas han cambiado la forma de vivir y han puesto en el punto de mira materias como responsabilidad y ciudadanía digital.
Pero no debemos olvidar que no toda la tecnología se diseña para ayudar a las personas. Hay mucha que se utiliza para robar ‘activos’, extorsionar y manipular a las personas, o simplemente, que es de tan baja calidad que presenta fallos en la seguridad que ponen riegos a sus usuarios, adultos con escasa formación digital, niños con demasiados conocimientos pero sin la madurez necesaria para gestionar lo que tienen a su alcance…
¿La solución? Un plan coordinado y un frente común para educar en prevención y competencia digital a la sociedad en su conjunto.
Nuestra relación, y el uso que hacemos de las nuevas tecnologías ha cambiado mucho en estos últimos 10 años. Según el informe Digital en 2019- España, actualmente hay mas de 54 millones de líneas móvil en España, lo que supone un 117% de la población total. Además, existe un 93% de usuarios de Internet y un 60% en redes sociales.
De media, los españoles dedican 5h 18 min a usar Internet. Y el 92% lo hacen a diario. Entre las actividades tecnológicas preferidas están la visualización de vídeos (93%), el contenido streaming (52%) o el juego online (11%). Si nos vamos a las redes sociales, las preferidas son YouTube (89%), WhatsApp (87%) y Facebook (82%).
Y todo esto se ha visto reflejado en la relación que tienen los menores con las nuevas tecnologías. Según el Instituto Nacional de Estadística, a los 10 años casi un tercio de los menores ya tiene acceso a un móvil con Internet. A los 12 años, el 70% y a los 13, prácticamente la totalidad de niños maneja uno.
Este acceso a Internet tan prematuro les abre un mundo de posibilidades pero también de riesgos. Unos riesgos para los que ni siquiera los adultos están preparados por la falta de formación que existe todavía al respecto.
Por ello se ha vuelto imprescindible, por parte de los agentes involucrados, poner en marcha iniciativas de formación para alcanzar la ciudadanía digital y la responsabilidad digital completa de toda la sociedad.
¿Cómo lograrlo? Poniendo la atención en las actitudes de las personas mas que en las tecnologías utilizadas. Fomentando los valores básicos de cualquier ser humano. Y dando prioridad a la seguridad online para evitar ser víctima de determinados peligros.
Las líneas de actuación para fomentar la Responsabilidad y Ciudadanía digital deben pasar por un trabajo en común entre instituciones, familias y colegios:
Con un trabajo en equipo y coordinado se puede conseguir educar para limitar los riesgos, y aprovechar así el enorme potencial de la tecnología en favor de las personas.
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