Otro nefasto ranking internacional del coronavirus que lidera España: el de exceso de mortalidad durante la pandemia. Las muertes no esperadas desde mediados de mayo alcanzan las 48.500 según los registros de la Oficina Europea de Estadística (Eurostat), mientras que el Ministerio de Sanidad tan sólo reconoce oficialmente 28.443.
Eurostat, la Oficina Europea de Estadística que nutre de datos a la Comisión Europea, ha colocado a España como el país que más muertos ha contabilizado por encima de lo estimado, teniendo en cuenta balances al margen del oficial que proporciona el Ministerio de Sanidad. Sus últimos datos, de hecho, apuntan a que en los registros de Sanidad faltan alrededor de 20.000 fallecidos.
Según la oficina europea, España alcanzó durante la pandemia -desde la semana previa al estado de alarma- hasta ahora un total de 48.500 fallecidos. Le sigue Italia en el ranking, con alrededor de 44.900 muertos.
Las siguientes posiciones ya se desploman en la clasificación, con 27.800 muertos más de lo esperado en Francia, 11.300 en Alemania, 9.500 en Holanda y 8.850 en Bélgica.
Este índice resulta significativo a la hora de conocer el verdadero alcance mortal de la pandemia, ya que permite establecer un cálculo aproximado en base a los registros civiles. Y no a los datos que suministran exclusivamente los hospitales, que son los que utiliza Sanidad para cifrar en 28.441 los muertos del coronavirus en España.
De esta forma, el exceso de mortalidad indica que en un determinado periodo de tiempo se han producido muertes no esperadas. El sistema nació para detectar aumentos de fallecimientos en olas de calor o en epidemias de gripe estacional, pero los registros nunca habían mostrado cifras tan altas como las que se han registrado en los últimos meses.
Los datos del MoMo
El Sistema de Monitorización de la Mortalidad diaria (MoMo) en España, que elabora el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), también ha registrado un aumento sin precedentes de la mortalidad durante 2020. Unas cifras que no cuadran con lo que registra Sanidad.
El ISCIII ha estimado que sólo en el periodo comprendido entre el 13 de marzo -un día antes del estado de alarma- hasta el 28 de julio se ha producido un ‘exceso’ de 43.983 fallecimientos. La cifra se queda muy lejos de la que ofrece el último balance actualizado de Sanidad y que recuenta 28.441 defunciones por el coronavirus.
El sistema ha contabilizado 188.822 muertes en este periodo, frente a las 144.839 esperadas. De los fallecidos, 94.775 son hombres y 92.993 mujeres. La mortalidad se incrementa en este último caso.
El sistema se basa en la información remitida diariamente por 3.929 registros civiles informatizados del Ministerio de Justicia, correspondientes al 93% de la población española y que incluye todas las provincias.
Las estimaciones de mortalidad esperada se realizan mediante modelos restrictivos de medias históricas basados en la mortalidad observada del 1 de enero 2008 hasta un año previo a la fecha actual.
En el informe de 25 de mayo se recogía para el periodo entre el 17 de marzo y el 22 de este mes un ‘exceso’ de 30.829 muertes. Ahora, se incrementa notablemente, en 12.000 fallecidos.
Según las conclusiones de este informe, a nivel de Comunidades Autónomas se han detectado ‘excesos’ de mortalidad Andalucía, Aragón, Asturias, Islas Baleares, Canarias, Cantabria, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Cataluña, Comunidad Valenciana, Extremadura, Galicia, Comunidad de Madrid, Murcia, Navarra, País Vasco, La Rioja y Ceuta.
El excedente se concentra principalmente en los grupos de edad de mayores de 74 y entre 65 y 74 años.
«Miedo a los hospitales»
«No sabemos si ha habido un gran accidente», aseguró el pasado 7 de mayo Fernando Simón cuando se le preguntó por las casi 5.000 personas fallecidas de más que había detectado el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) en base a los registros civiles. Semanas después, esas cifras del ISCIII apuntaban a que el exceso de mortalidad registrada llegaba las 43.360 personas, más de 15.000 fallecimientos sin explicación. En esa ocasión, Simón relacionó parte de esas muertes con «infartos o ictus» que no fueron tratados a tiempo.
«Muchas personas tenían miedo de ir a los hospitales con un ictus o un infarto, las familias se pensaban mucho si llevarles. Y en esos casos, ese tiempo es vital para la evolución» clínica del paciente, explicó Simón.
Simón admitió además que los datos de MoMo apuntaban a que los muertos por el coronavirus podrían ser bastantes más de los que reconoce Sanidad, como también puntualizó el ministro Salvador Illa durante un encuentro con la prensa a finales de junio. Sin embargo, según el director del CCAES, el MoMo «no puede decir de qué, los datos de causa de muerte tardan ocho meses».