La salida de Estados Unidos, el segundo mayor emisor de gases de efecto invernadero en el mundo, no necesariamente significaría el fin del acuerdo que ha sido firmado por 195 naciones y fue ratificado el año pasado. Sin embargo, podría tener efectos profundos en el futuro climático del planeta, pues otros países también podrían retirarse o reducir sus compromisos sobre cuánto rebajar las emisiones de gases como el dióxido de carbono.
“Las acciones estadounidenses tendrán un efecto dominó en economías emergentes que apenas empiezan a tomarse en serio el cambio climático como India, Filipinas, Malasia o Indonesia”, dijo Michael Oppenheimer, profesor de Geociencias y de Relaciones Internacionales en la Universidad de Princeton. Oppenheimer también es integrante del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático, el grupo de las Naciones Unidas que elabora los reportes científicos dedicados a influenciar la política pública en esa materia.
Si se produce una reacción en cadena, el académico sostiene que “es más probable que sobrepasemos el límite peligroso de los 2 grados centígrados”. Ese es el aumento de la temperatura atmosférica que produciría condiciones climáticas extremas.
La intención del Acuerdo de París es reducir las emisiones globales de gases de efecto invernadero para prevenir que la temperatura no supere ese umbral.
“Veremos un calor más extremo, tormentas más dañinas, inundaciones costeras y riesgos mayores a la seguridad alimentaria”, dijo el profesor Oppenheimer. “Y ese no es el tipo de mundo en el que queremos vivir”.
Sin embargo, los partidarios del presidente —en particular quienes votaron por él en estados con industrias mineras o de carbón— celebraron la posibilidad del retiro.
En una carta dirigida a Trump el 23 de mayo, el fiscal general de Virginia Occidental, Patrick Morrisey, y los procuradores generales de otros cuatro estados, dijeron que “retirarse del Acuerdo de París es un paso importante y necesario para revertir las políticas energéticas dañinas y las extralimitaciones del gobierno de Obama” en esa materia.
Otros países han prometido mantener su compromiso con el pacto climático, incluso si Estados Unidos lo abandona. Xi Jinping, el presidente de China —el país más contaminante del mundo—, ha prometido que su país buscará reducir el calentamiento global.
Sin embargo, los expertos alertan que la ausencia estadounidense socavará el acuerdo porque reducirá la posibilidad de que pueda ser aplicado. Por ejemplo, habrá menos presión hacia los Estados contaminantes y las industrias para reportar sus emisiones o en verificar los datos que presenten.
“Es necesario saber ¿cuáles son las emisiones? Debe existir transparencia al reportar las emisiones de gases de efecto invernadero”, dijo Todd Stern, el negociador en jefe para el pacto durante el gobierno de Obama. “Si Estados Unidos no es parte de esa negociación, es una pérdida para el mundo”.