España bate su propio récord de llegada de turistas

Por séptimo año consecutivo el número de turistas extranjeros ha subido en España. El turismo nacional también ha marcado records históricos, arrastrado por la buena marcha de la economía que ha permitido a más de una familia tomarse unos días de asueto, algo que no pasaba desde el comienzo de la crisis del 2008.

Entre los retos que afronta el turismo en estos momentos podemos destacar los siguientes: La seguridad, la diferenciación y la innovación gastronómica.

La seguridad siempre ha sido uno de los puntos fuertes de España que, sin embargo, se ha puesto en entredicho en los últimos tiempos. El aumento del turismo inglés ha conllevado un aumento de los escamochamientos contra los bordillos de las piscinas, y no es un problema menor. Los hosteleros proponen soluciones como las redes de trapecista o tener que ponerse un arnés sensorizado que active la apertura de ventanas y terrazas. La domótica parece un factor clave para conseguir rebajar la cifra de ingleses espachurrados contra el suelo, afortunadamente, porque si es por su inteligencia no habría solución posible.

La diferenciación será otro de los factores del desarrollo, especialmente para los negocios basados en las experiencias temáticas. Negocios en los que se invita al cliente a picar piedra, cortar leña o arar un rastrojo hacen furor entre la población joven europea, poco acostumbrada a trabajar con sus manos. Para los propietarios es un win-win, ya que a los ingresos generados por las estancias pueden añadir el de sus negocios alternativos como son minas, canteras y aserraderos, sin necesidad de mano de obra asalariada. Los clientes a su vez pueden presumir de fotos en Instagram en las que se les ve sudando como verdaderos puercos sin perder por ello la sonrisa.

La innovación gastronómica parece ser el motor que permitirá despegar a un sector turístico empeñado desde hace tiempo en sacar el mejor partido posible al producto nacional. En los últimos años, las cocinas de nuestros restaurantes compiten entre sí para dar al mundo el mejor arroz con cosas que los guiris puedan digerir sin acabar en el hospital. Quedan lejos los tiempos del purismo paellero, en este momento la sofisticación reside en maridar el arroz, o incluso la quinoa en los fogones más atrevidos, con todo tipo de ingredientes. Superados clásicos como las rodajas de chorizo, las ventresca de atún o las aceitunas verdes, lo que se lleva ahora es la viruta de cabrales, la pluma de pichón de Soria y la raspa de sardina malagueña.