Los sentidos pueden evocar de forma muy clara y emotiva recuerdos de nuestro pasado, liberando emociones positivas, como el placer o la felicidad, o negativas, como miedo o rabia. Una canción puede recordarnos a un momento especial con una persona o a un viaje con amigos, un paisaje nos puede llevar a los recuerdos de nuestra adolescencia y a lo que vivimos en un determinado lugar.