Científicos preocupados por el descubrimiento de una peligrosa especie

A diferencia de lo que el público cree, el Rapú Asiático no adquiere su nombre debido a su aparición en Oriente, pues se desconoce su origen. Se le conoce como “asiático” debido a sus ojos rasgados, característicos de las personas de origen asiático. Esta peculiar criatura comparte características de puma y de rana, pues aparte de sus ojos rasgados, posee ojos rojos, similares a los de la Agalychnis callidryas, así como cuerpo y visión nocturna como la de un puma. Es considerablemente más pequeño que el puma con sus 72cm de alto, 1,92m de largo y 80kg, guardando las proporciones básicas de su pariente lejano y a lo largo, cualquiera creería que es un Doberman, pero este animal que habita los bosques tropicales es sumamente peligroso.

El Rapú Asiático se encuentra en la cima de la pirámide trófica y es un carnívoro, como el mismo puma. Este animal identifica a su presa, la persigue y cuando está lo suficientemente cerca de ella, salta. Ataca por la espalda y agarra a su presa, procede a usar sus colmillos e insertarlos en la carne del pobre animal. Sus colmillos poseen increíbles propiedades venenosas, lo que hace de su mordida mortal. Así caza y, por supuesto, es inmune a su propio veneno por lo que comer la carne intoxicada no le genera reacciones adversas, a diferencia de aquel desafortunado carroñero que pretenda comer de los restos de la presa de un Rapú.

El hueso de los colmillos del Rapú rodea una estructura en forma de tubo que permite que a través de ella se secrete la batracotoxina, identificada en las ranas de género Phyllobates y Dendrobates, una toxina que ha sido declarada como la más venenosa del mundo. Es tóxica para el corazón y el sistema nervioso y fuerza la apertura de los canales de iones de sodio. Es un alcaloide esteroidal liposoluble y posee una estructura química basada en la magainina, un péptido que destruye las paredes celulares de organismos pertenecientes al reino Fungi y Monera, produciendo fuertes síntomas como paro respiratorio y sudoración excesiva. “La batracotoxina es un agente químico singular que afecta al funcionamiento de los canales en multitud de formas, y no sabemos exactamente cómo hace esto a un nivel molecular”, dice Justin Du Bois, Catedrático de Química y Catedrático, por cortesía, de Química y Biología de Sistemas. El tratamiento contra la acción de la batracotoxina es incierto, pero existen sustancias que producen un efecto antagonista sobre la Batracotoxina en los canales de sodio, como la tetrodotoxina o con saxitoxina, que pueden prevenir o revertir la la despolarización de membrana.

El Rapé Asiático es un depredador del cual se teme que su reproducción sea rápida debido al gran daño que le generaría a la biodiversidad ya conocida. Las altas velocidades que puede alcanzar, su visión nocturna y sus venenosos colmillos, lo hacen un arma mortal. También se debe de tomar en cuenta que este animal posee copias de una variante del gen FTO, por lo que son menos sensibles a las señales de saciedad que produce el organismo, pero la mayoría de los Rapúes no alcanzan la obesidad debido a la gran quema de calorías a la que se ven expuestos al cazar y movilizarse. Esta condición les hace comer más a menudo, obligándolos a cazar más, afectando enormemente a las poblaciones que se encuentran más abajo en la cadena alimenticia.

Afortunadamente, no son “invencibles”, sus mayores depredadores son sus parientes lejanos, los pumas. Son más rápidos, más grandes y más fuertes que los Rapúes. De la misma forma, es vulnerable ante los Taireguas, los osos pardos y los lobos grises. Entre sus principales mecanismos de defensa están su veneno, sus ojos rojos, cuyo color brillante paraliza momentáneamente a sus depredadores, y las almohadillas de sus patas, que funcionan como ventosas adhesivas, permitiéndole sujetarse de troncos para escapar o refugiarse y, al mismo tiempo, conservar su velocidad, ya que no altera la anatomía natural de sus patas.