ABORTO NO: NUNCA.

120.000 crímenes al año, sólo en España.

      De vez en cuando lee uno noticias que, no por conocidas, dejan de producirle una mezcla de sentimientos difícilmente explicables. En este caso, la noticia es esta:            Una feminista estadounidense abortó a su bebé sólo por ser varón: “No podría traer otro monstruo a este mundo” . En realidad no es la primera vez que me pasa: hace unos meses, subiendo las escaleras mecánicas en un centro comercial, llevaba delante de mí a dos chicas jóvenes que charlaban sobre el embarazo de una tercera amiga que no estaba presente. En un momento dado, una de ellas preguntó si ya se sabía el sexo del bebé y, al responder su amiga que aún no, preguntó "¿y qué va a hacer si es niño?". La respuesta me produjo escalofríos: "Abortar, claro... ¡ya tiene dos niños, no quiere más!".

      En realidad, no hay ningún motivo para que estos dos casos concretos a los que aludo causen una sensación distinta a cualquier otro de los 120.000 abortos que anualmente se producen en España desde hace más de 10 años, salvo acaso el hecho de que se trate el tema con tanta familiaridad, con tanta crudeza. Independientemente de que la ley fuera más o menos restrictiva, de que fuera una ley de "supuestos" o una ley de "plazos", el hecho es que, año tras año, los números prácticamente no cambian, se repiten machaconamente: 120.000 abortos anuales. Todavía encuentra uno gente que te suelta, de buenas a primeras, aquello de "es que tú lo que quieres es que las mujeres vayan a la cárcel por abortar". Es difícil encontrar un argumento de una demagogia semejante. Da igual cómo sea la ley; la que quiere abortar, en España, aborta, punto. Si la ley se endurece, parece lógico pensar que los abortos deberían disminuir, por la misma razón de que, al hacerse más permisiva, deberían dispararse en número. Y sin embargo no es así: 120.000, con variaciones ligerísimas, año tras otro, desde hace 10 años. En estos diez años ¿sabría alguien decirme cuántas mujeres han ido a la cárcel por abortar? No hace falta buscarlo, ya os lo digo yo: 0, cero, ninguna. Es más, desde que se despenalizó el aborto, allá por 1985, ni una sola mujer, en toda España, ha ido a la cárcel por someterse a un aborto. Apenas un puñado de carniceros (disfrazados con bata de médico y un título universitario en medicina colgado de su pared, eso sí) lo han hecho, y en la mayoría de los casos no por llevar a cabo abortos ilegales no contemplados en la ley, sino sencillamente por llevarlos a cabo en condiciones de salubridad que podían suponer un riesgo de infección para la mujer que se sometía a la "intervención" (así lo llaman, como si se tratara de extirparse un tumor o el apéndice, o incluso de hacerse un implante de pechos).

     No voy a exponer aquí las razones por las que el aborto me resulta tan abominable. Baste decir, sencillamente, que en el nasciturus yo veo un ser humano. Ni más ni menos humano que la mujer que desea eliminarlo, que el médico que pretende ayudarle a hacerlo o que el manifestante pro-vida, que trata de evitarlo. Es frecuente el argumento que suelen usar los abortistas: "si tú no quieres abortar, nadie te obliga, pero déjame a mí que lo haga si así lo deseo". Es, ni más ni menos, que darle la vuelta a la realidad. Yo no quiero matar, ni robar, ni maltratar a los niños, ni las mujeres, no quiero cometer actos terroristas ni defraudar a Hacienda, pero tampoco quiero que lo haga el vecino. No quiero abortar porque me parece asesinar una vida, y eso vale tanto para mí mismo como para cualquiera. Dicen "no seas radical, permíteme que yo haga lo que quiera, no me impongas lo que tengo que hacer". Sin embargo, ellos sí se conceden el derecho a decidir si uno puede vivir o por el contrario debe morir, con o sin motivo, sea éste más o menos justificado.

     Algunos dicen "no, una ley de supuestos es perfectamente justa. ¿Por qué una mujer debe tener un bebé después de haber sido violada?" Y sin embargo no te explican que cuando había una ley de supuestos, el 95% de los abortos se acogían al supuesto del "peligro para la salud psíquica de la madre", el más difícilmente demostrable de todos los supuestos. Como tampoco explican que basta con que el psicólogo en nómina de la clínica que va a realizar el aborto diagnostique una depresión motivada por el embarazo para que ese aborto pueda ya realizarse legalmente. Tampoco te cuentan que a los hijos de los ladrones, los terroristas, los asesinos múltiples... no está permitido asesinarlos, ni te explican los motivos por los cuales los hijos de los violadores han de ser distintos. No explican los motivos por los cuales una mujer sometida al estress que necesariamente debe provocar una violación es extremadamente extraño que quede embarazada, de igual modo que cualquier médico aconseja a las parejas que no consiguen tener un bebé que huyan en todo momento de situaciones estresantes y que traten de disfrutar sus relaciones y no obsesionarse con el embarazo. Ni explican tampoco los medios que hay para que una mujer violada pueda someterse a un lavado vaginal en un plazo lo bastante corto como para hacer prácticamente imposible que la fecundación llegue a producirse.

    En fin, esto ya está quedando un poco largo, así que ya seguiremos con ello en otra ocasión. El tema lo merece. ABORTO NO. NUNCA.