Aceptación, la puerta de entrada a la transformación

Una de las claves fundamentales para el cambio es la aceptación. Aceptación no implica resignación, ni agrado ante la situación presente, sino que es simplemente saber apreciar la realidad y aceptarla como lo que es, una consecuencia de hechos y de decisiones.

El resultado de decisiones con las que puedo verme implicado o no . En el caso de la aceptación hacia el propio proceso, la aceptación ante las consecuencias de mis decisiones y acciones me permite corregir el rumbo y comenzar a elegir diferente. No podré regresar el tiempo atrás pero sí comenzar a generar una realidad diferente, ¿qué es el presente sino potencialidad pura?, la oportunidad de corregir el rumbo, tomar nuevas decisiones y generar nuevos resultados.

Sin aceptación no puede haber transformación porque la transformación parte de un profundo reconocimiento de lo que es, y del dolor que ese reconocimiento nos genera.

En un momento dado, el aceptar que hemos sido cocreadores de un determinado resultado que nos resulta doloroso implica aceptar los diferentes aspectos de nuestra persona y aceptar las consecuencias de nuestras decisiones. Más allá de que me agrade o no el resultado obtenido, la aceptación de la realidad es clave para cualquier transformación. Es esta aceptación la que nos lleva, a través del dolor, a tomar nuevas decisiones y emprender nuevas acciones que nos ayuden a producir diferentes resultados.

La aceptación del proceso personal  permite también desarrollar una verdadera aceptación hacia los demás. Esta aceptación libera la carga emocional de las expectativas y juicios, y da lugar a que nuevas posibilidades tomen su lugar.

La aceptación ante aquellos sucesos y hechos de la vida que escapan a nuestra comprensión y nuestro entendimiento implica también el reconocimiento de que existe un orden divino que responde a una inteligencia superior y que no está dentro de nuestras capacidades poder comprenderlo. Reconocer que hay un poder superior que sabe guiarnos hacia nuestro beneficio más elevado, que nos lleva y nos guía por los caminos que debe explorar y recorrer nuestra alma aunque no podamos comprenderlo. Nos aferramos en entender todo lo que sucede a nuestro alrededor. Buscamos etiquetar los comportamientos propios y ajenos para poder “comprender”. A veces no necesitamos entender lo que nos sucede,  simplemente necesitamos aceptar y permitir que nuestras emociones nos guíen a un mejor lugar.

Reconoce aquellos aspectos de la vida sobre los que no tienes control alguno y voltea la mirada hacia lo que sí puedes controlar que es tu experiencia y la manera en la que la significas; sea cuál sea la circunstancia que estés atravesándo siempre puedes elegir como significarla.

¿Qué nuevas luces toman relevancia dentro de las sombras? ¿Cómo una crisis puede modificar la percepción de la realidad y ampliar la mirada a nuevas realidades? El Universo nos habla a través de las diferentes situaciones que se nos presentan en la vida y es la aceptación la que nos permitirá desarrollar la capacidad de saber escuchar.

Aceptación implica la objetiva observación del momento presente, y si la observación  resulta muy dolorosa, aceptar el dolor, permitirse sentirlo  para luego transformarlo en una nueva posibilidad. El dolor es biológico y natural, es parte de la vida y de nuestro proceso evolutivo, pero el sufrimiento es opcional y tiene más que ver con lo que nos decimos respecto a la situación que nos provoca dolor. La aceptación del dolor permite trascenderlo y transformarlo a una nueva experiencia.

Toda experiencia emocional fuerte nos abre la percepción a nuevas realidades porque nos sumerge en las profundidades de nuestro ser. De esta manera el dolor puede ser transformado en una nueva percepción, una nueva significación de la realidad que nos permite, con una nueva mirada, crear nuevas realidades.

Psic. Soledad Maurizio

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