UNA BODA REAL DE INTERÉS MUNDIAL

La monarquía es una institución medular de la britanidad, un sentimiento compartido por los ciudadanos del actual Reino Unido en el que se superponen identidades muy antiguas, como la inglesa, la galesa o la escocesa. En un sistema parlamentario como el británico, o el español, la Corona no tiene poder político alguno y, sin embargo, mantiene una extraordinaria auctoritas y función simbólica que le confieren su legitimidad. Pero por su naturaleza tan singular, a diferencia de otras instituciones, necesita algo esencial e intangible como es el afecto de la ciudadanía. Acontecimientos como la boda del príncipe Harry con la ya ex actriz Meghan Markle sirven entre otras cosas para renovar la comunión de los británicos con su Monarquía. El ambiente de auténtica euforia que se vivió en Windsor, donde se celebró el enlace, y en tantos otros puntos del Reino Unido, sumado a la gran expectación mediática generada en buena parte del mundo, supone una inyección de popularidad a la Corona, apun