Ciudad de México, 15 de agosto de 2018. En el segundo trimestre del año, 30.5 millones de personas se desenvolvieron en el ámbito laboral informal, cifra que representó un incremento de 3.3 por ciento respecto del mismo lapso de 2017, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Según el reporte, el número de personas que se encuentran ocupadas en el país ascendió a 53.8 millones, y al menos el 56.6 por ciento de la fuerza laboral se desempeña en la informalidad.
El empleo informal o medición ampliada de informalidad se refiere a la suma, sin duplicar, de los ocupados que son laboralmente vulnerables por la naturaleza de la unidad económica para la que trabajan, y aquellos cuyo vínculo (o dependencia laboral) no es reconocido por su fuente de trabajo.
En esta tasa se incluye –además del componente que labora en micronegocios no registrados o en el sector informal– a otras modalidades análogas, como los ocupados por cuenta propia en la agricultura de subsistencia, así como a trabajadores que laboran sin la protección de la seguridad social y cuyos servicios son utilizados por unidades económicas registradas.
De los 30.5 millones de informales, 14.8 millones conformaron específicamente la ocupación en el sector informal; es decir, aquella población ocupada que trabaja para una unidad económica que opera a partir de los recursos del hogar, pero sin constituirse como empresa, de modo que la actividad no tiene una situación identificable e independiente de ese hogar.
Los restantes 7.6 millones corresponden al ámbito de las empresas, gobierno e instituciones; 5.9 millones al agropecuario, y 2.2 millones al servicio doméstico remunerado.
Otra forma de caracterizar a la población ocupada es en función de su condición de subocupación, entendida ésta como la necesidad de trabajar más tiempo, lo que se traduce en la búsqueda de una ocupación complementaria o de un nuevo trabajo con mayor horario.
Al respecto, durante el periodo abril-junio de 2018 la población sub-ocupada en el país fue de 3.8 millones de personas y representó 7.1 por ciento de las personas ocupadas, tasa inferior a la de igual periodo de 2017, que fue de 7.2 por ciento.
Desempleo a la baja
El panorama es precario en el mercado laboral del país, pese a que el desempleo continuó a la baja.
Según el Inegi, la ocupación muestra distintos grados de intensidad, según sea la perspectiva desde la cual se le observe. Una de éstas es la que se refiere a la población con trabajo cero, que se ubica entre la ocupada y la no económicamente activa, es decir, población desocupada, que no trabajó siquiera una hora durante la semana de referencia de la encuesta, pero manifestó su disposición por hacerlo e hizo alguna actividad por obtenerlo.
De esta forma, en el segundo trimestre del año la población desocupada en el país se situó en 1.9 millones de personas y la tasa de desocupación correspondiente (TD) fue de 3.3 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA), porcentaje menor al 3.5 por ciento de igual trimestre de 2017.
Sin embargo, al estar condicionada a la búsqueda de empleo, la tasa de desocupación es más alta en las localidades grandes, donde está más organizado el mercado de trabajo. Y es así que en las zonas más urbanizadas con 100 mil y más habitantes la tasa llegó a 4 por ciento.
Las entidades que durante el segundo trimestre de 2018 observaron las tasas de desocupación más altas respecto de la PEA fueron: Tabasco, con 6.4 por ciento; Ciudad de México, 5.1 por ciento; Coahuila de Zaragoza, Estado de México y Nayarit, con 4.1 por ciento de manera individual; Querétaro, 3.9 por ciento; Tamaulipas, 3.8 por ciento; Durango y Sinaloa, 3.7 por ciento; Sonora, 3.6 por ciento, y Baja California Sur y Nuevo León, 3.5 por ciento cada entidad.
Panorama de la población ocupada
La ENOE dejó ver que al interior de la PEA es posible identificar a la población que estuvo participando en la generación de algún bien económico o en la prestación de un servicio (población ocupada), que en el trimestre en cuestión alcanzó 53.8 millones de personas.
Poco más de la mitad de la población ocupada (50.8 por ciento) se concentra en las ciudades más grandes del país (de 100 mil y más habitantes y/o capitales de estado); le siguen las localidades rurales (menores de dos mil 500 habitantes) donde se agrupa 20.3 por ciento de la población ocupada total, mientras que los asentamientos que tienen entre 15 mil y menos de 100 mil habitantes (urbano medio) albergan 14.9 por ciento. Finalmente, el resto de los ocupados (14%) residen en localidades de 2 mil 500 a menos de 15 mil habitantes (urbano bajo).
Al considerar a la población ocupada con relación al sector económico en el que labora, 6.7 millones de personas (12.5 por ciento del total) trabajan en el sector primario, 13.8 millones (25.6 por ciento) en el secundario o industrial y 33 millones (61.3 por ciento) están en el terciario o de los servicios.
Si se observa a la población ocupada en función de la posición que guarda dentro de su trabajo, poco más de dos terceras partes del total (68.5 por ciento), es decir, 36.8 millones, son trabajadores subordinados y remunerados; 12 millones (22.3 por ciento) laboran por su cuenta, sin emplear personal pagado; 2.4 millones (4.4 por ciento) son trabajadores que no reciben remuneración, y 2.6 millones (4.8 por ciento) son propietarios de los bienes de producción, con trabajadores a su cargo.
La población ocupada desempeña una gran variedad de tareas que realiza con distinta intensidad: por un lado, 6.1 por ciento de las personas trabaja menos de 15 horas semanales y en el otro extremo se ubica un 27.5 por ciento que labora más de 48 horas semanales. En promedio, la población ocupada trabajó en el segundo trimestre de 2018 jornadas de 43 horas por semana.
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