Un sacrificio que transformó el curso de la historia de la humanidad
Por siglos, los pecadores debieron sacrificar corderos y aún tórtolos en expiación por sus pecados. Era un ciclo que no terminaba, porque como anota el apóstol Pablo, no hay justo, ni siquiera uno (Romanos 3:10-18) Sin embargo, el sacrificio del Señor Jesús en la cruz, trajo un modificación sustanciar al curso de la historia de la humanidad. Permitió que todos recibiéramos perdón de pecados y liberación.